Saturday, June 18, 2011

JUAN PABLO II: ¿BEATO POR QUÉ?



Por Eduardo M. Barrios, S.J.


            La Iglesia no beatifica a sus hijos ejemplares por su inteligencia, sagacidad o cultura humana, ni por sus aciertos en asuntos políticos, económicos o sociales.
            La beatificación se basa en la ortodoxia (recta doctrina) y en la ortopraxis (virtudes heroicas) del candidato. La intensidad de la fe, esperanza y caridad determina la idoneidad de un siervo de Dios para llegar a beato. Añádase un milagro.
            Un “defecto” de la persona bondadosa es la dificultad para creer que algún individuo, religioso o no, pueda ejecutar actos malos contra los demás. Parece que a Juan Pablo II le costaba digerir lo que se rumoraba contra el P. Maciel, tremendo histrión, y otros clérigos. Lo cual no significa que no hubo sanciones contra curas durante su pontificado, cuando se trataba de casos comprobados.
            Aunque en la Iglesia no se hayan manejado bien todos los casos de abusos clericales, de ningún  modo se puede implicar al difunto pontífice en complicidad o encubrimiento.
            El artículo de Jorge Ramos, “El beato y los abusadores sexuales” publicado el 26 de abril yerra de punta a cabo. Niega la posibilidad de milagros; desconoce el rigor con que la Santa Sede dictamina, mediante médicos, la inexplicabilidad de una curación.
El articulista, además, se arroga clarividencia infalible sobre lo que sabía o no sabía el Papa; eso sí que es un milagro de Ramos.


Eduardo Barrios es escritor y sacerdote de la orden jesuita. Ha trabajado como consejero en el Colegio de Belén y celebrado misas en varias parroquias de la ciudad de Miami. Actualmente oficia en St. Raymond Catholic Church en Coral Gables y escribe artículos controversiales para El Nuevo Herald. (ebarriossj@gmail.com)

1 comment:

  1. Eduard gracias por enviar esta excelente nota, acertada y valiente, que defiende la memoria del Papa Juan Pablo II. Su nota me ha hecho recordar el pasaje bíblico en que Jesús llega al templo y descubre que se ha convertido en lugar de mercadeo. Sin temer a la reacción de los fariseos comienza a echar mesas y negocios abajo, en defensa de la Casa Paterna.

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