Thursday, August 28, 2014

GARABATO No. 78


 


 
 
Por Eduardo Rodríguez Solís

 
      Estaba Venancio Urueta sentado en unos tabiques o ladrillos rojos que sobraron de una barda que se hizo alrededor de un grupo de casitas. La barda era como una Muralla China que iba a impedir la presencia de ladrones, vendedores o promotores religiosos en esas casitas de techos de dos aguas. Estaba adormilado y miraba las cosas “sin mirar”. Estaba medio en la luna.
     Del otro lado, en la casa vecina, unos niños jugaban con una pelota… Y a veces a ese juguete que parecía un mundo, se le veía volar… Subía, bajaba, rebotaba y se iba rodando por todas partes. Y alguno de los niños se sentía el jugador Messi, y todos gritaban Goool.
      Hasta que la pelota se elevó demasiado y cayó en el patio de Venancio Urueta.
      Y, extrañamente, la pelota se puso a botar indefinidamente, y a cada bote se elevaba más y más.
      Entonces Venancio Urueta abrió de verdad los ojos.
      Y durante media hora trató de pescar la bola, pero ésta no se dejaba… Seguía bote y bote.
      Hasta que cambió de color, de azul a rojo, y se quedó inmóvil, absolutamente inmóvil.
      Venancio Urueta entonces puso sus manos en la cintura y se dirigió a la pelota.
      --Bueno, ¿te vas a abrir, o te vas a quedar inmóvil, como piedra?
      Y la pelota se fue abriendo, rechinando como si fuera un portón viejo de un castillo encantado.
      Ahí dentro, recostado en una mitad de la pelota, estaba un duende, vestido de todos colores.
      --Ya me descubriste –dijo el duende--. He dejado de ser el gran secreto de la vida.
      Y el duende se incorporó y saltó, dando muchas vueltas, fuera de la media pelota.
      Conoció entonces Venancio Urueta el ABC de la vida de los duendes y supo que quien conoce el secreto de la pelota que se abre, conoce de verdad el camino de la fortuna.
      Y entonces Venancio Urueta caminó veinte pasos y buscó luego en el suelo, y encontró un dólar, ahí, tirado. Y luego, caminó otros veinte pasos y buscó de nuevo en el suelo, y ahí estaba otro billete de un dólar.
      Y después de varias jornadas (tres, para ser exactos) se pudo llenar un gran baúl de viaje, con todos los billetes encontrados, que ya eran más de cinco mil.
      Gracias a su inteligencia y don de gentes, el duende se apoderó del ático de la casa de Venancio Urueta. Ahí, en un rincón, puso ambas mitades de la pelota. Y se recostó, a veces en una, y a veces en la otra.
      Pero vino un ventarrón tremendo (que parecía el fin del mundo) y muchas casitas perdieron su ático… Y Venancio Urueta perdió el suyo.
      Y el fabuloso y querido duende desapareció, y su efecto mágico, de la fortuna en los suelos, se fue debilitando, al grado que después de diez rutinas de caminar, y luego examinar el suelo, aparecía sólo un billete (y no diez)… Y, a poco, se tenían que esperar periodos de cien rutinas, para descubrir un billete.
      Y el dinero se fue acabando y al duende no se le volvió a ver por esos territorios de Venancio Urueta.
      Sólo en los sueños se aparecía de repente, con su pelota botadora y con su fórmula de la fortuna. Pero los billetes que juntaba entonces, se esfumaban, como se esfuman los sueños y los ensueños nuestros de cada día.

 
Eduardo Rodríguez Solís (D.F.) ha publicado libros de teatro, cuento y novela. Fue el primer editor de la revista Mester, del Taller de Juan José Arreola. Ha recibido reconocimientos nacionales por Banderitas de papel picadoSobre los orígenes del hombreDoncella vestida de blanco y El señor que vestía pulgas. Su cuento San Simón de los Magueyes ha sido premiado y llevado al cine por Alejandro Galindo, con guión de Carlos Bracho. Su obra de teatro Las ondas de la Catrina ha sido representada en muchos países, así como en Broadway, New York. Actualmente vive y trabaja en Houston, Texas. (erivera1456@yahoo.com)

Monday, August 25, 2014

PEARLS

 

 
 Video by Chaly
 
 
Chaly, Nathalie, Nicholas
 
 
 
Nathalie, Nicholas, Tía Dino
 


Ibid.
 
 
 

Little Nathalie & Friends
 

 
 
 
Los señores escritores de segundo grado
 
 
 
Briana at the WITS Young Writers Reading
 
 
 
Ms. Callis & Los señores escritores de segundo grado
 
 
 
She is a writer!

 
 

Los señores escritores de segundo grado & Ms. Dinorah
 
 
 
Ms. April & the young artists
 
 
 
Ms. April & Ms. Dinorah

 
 


Music by Jesús Alejandro
 


Friday, August 22, 2014

GARABATO No. 77


Foto: Eduardo Rodríguez Solís

 
Por Eduardo Rodríguez Solís


      Ese gato negro es muy extraño. A veces lo veo blanco, pero generalmente se le ve negro. A lo mejor se llama Al Jolson, recordando al cantante blanco que se pintaba de negro… Ese gato negro es un misterio. Maúlla como soprano, pero creo que es macho. Pide y a veces exige que se le sirva de comer. No trae ninguna tarjeta de crédito y se cree el dueño del mundo. Camina muy derecho, como si fuera guardia del Palacio de Buckingham, en Londres. (A lo mejor en él hay sangre real. A lo mejor.)
      Con ese gato negro, que parece se está estableciendo afuera de la casa, al lado de una gata-madre, una gata-hija y una gata que se le ha bautizado como Maureen O’Hara, ya el zoológico de gatos aumenta a cuatro, sin contar aquí a Mole, que es una gata multicolor, que vive dentro de la casa.
      Pero no hay problema, el gasto de la comunidad felina seguirá siendo el mismo. Donde comen tres, pueden comer cuatro.
      Y que la vida siga adelante, y que no vaya a suceder una locura gatuna, como la que puede nacer si un día, al despertarme y al verme en el espejo del baño, me he vuelto un gato chato, barato, con pelo, orejotas y bigotes largos.


Eduardo Rodríguez Solís (D.F.) ha publicado libros de teatro, cuento y novela. Fue el primer editor de la revista Mester, del Taller de Juan José Arreola. Ha recibido reconocimientos nacionales por Banderitas de papel picadoSobre los orígenes del hombreDoncella vestida de blanco y El señor que vestía pulgas. Su cuento San Simón de los Magueyes ha sido premiado y llevado al cine por Alejandro Galindo, con guión de Carlos Bracho. Su obra de teatro Las ondas de la Catrina ha sido representada en muchos países, así como en Broadway, New York. Actualmente vive y trabaja en Houston, Texas. (erivera1456@yahoo.com)
 
 

Tuesday, August 19, 2014

GARABATO No. 76


 

     
Por Eduardo Rodríguez Solís

     
      Toca el trompetista. Son aires barrocos del tiempo de Vivaldi. Al fondo, hay cuerdas que se tocan con cierta alegría.
      Con esa música nos vemos surcando los canales de Venecia. El agua está medio contaminada, pero no importa. La majestuosa arquitectura, con sus piedras viejas, hacen a un lado las cosas malas de la vida.
      El agua de los canales está fría, como témpano. Por algunas ventanas se asoman mujeres que medio se cubren la cara con mascadas. Por eso decimos que la edad de esas damas es indefinida.
      Las góndolas (extraña palabra) se deslizan a buena velocidad. Cortan el agua turbia y uno no puede ver el fondo de los canales. Entonces, decimos que en los fondos puede haber tesoros escondidos. Y nadie puede decirnos que jugamos con la mentira.
      Toca el trompetista. Y lo hace con maestría. Sus sonidos acarician el ambiente.
      La música está llena de vida. Es cosa del espíritu que se mete en nuestro espíritu.

 
 
 
Eduardo Rodríguez Solís (D.F.) ha publicado libros de teatro, cuento y novela. Fue el primer editor de la revista Mester, del Taller de Juan José Arreola. Ha recibido reconocimientos nacionales por Banderitas de papel picadoSobre los orígenes del hombreDoncella vestida de blanco y El señor que vestía pulgas. Su cuento San Simón de los Magueyes ha sido premiado y llevado al cine por Alejandro Galindo, con guión de Carlos Bracho. Su obra de teatro Las ondas de la Catrina ha sido representada en muchos países, así como en Broadway, New York. Actualmente vive y trabaja en Houston, Texas. (erivera1456@yahoo.com)

 

Sunday, August 17, 2014

GARABATO No. 75


 

 

      Por Eduardo Rodríguez Solís


      Tenemos tantas mariposas extrañas dentro de la cabeza que nos olvidamos de los bellos matices que tiene el mundo que nos rodea.
      Si queremos, la ventana está abierta y podemos observar, por ejemplo, a la fauna alada… Un pájaro azul revolotea, dando giros como clavadista olímpico, y se posa en la punta de una rama.
      Uno gris brinca en el cemento y busca y encuentra pedazos de semillas.  Come entonces, pero guarda algo para los que esperan en el nido.
      Uno rojo pasa volando a gran velocidad, y no se detiene. Sabe que éste es territorio prohibido… Hace tiempo fue ocupado por otros pájaros.
      Y los pájaros blanco y negro sólo observan las acciones… Están todos muy arriba, en las últimas ramitas de un viejo ciprés.
      Nosotros, dejamos que las mariposas extrañas se vayan volando, y nos quedamos con el alma limpia (creemos) observando muchos puntos de interés que tiene la naturaleza por todos lados.
      Concentramos nuestra mente en las grandes y pequeñas vidas. Y nos creemos a veces insectos, y nos creemos a veces pájaros del color que se quiera.
      Y todo lo experimentamos mientras de una radio lejana sale una música que parece del Jardín del Edén.

 
 Eduardo Rodríguez Solís (D.F.) ha publicado libros de teatro, cuento y novela. Fue el primer editor de la revista Mester, del Taller de Juan José Arreola. Ha recibido reconocimientos nacionales por Banderitas de papel picadoSobre los orígenes del hombreDoncella vestida de blanco y El señor que vestía pulgas. Su cuento San Simón de los Magueyes ha sido premiado y llevado al cine por Alejandro Galindo, con guión de Carlos Bracho. Su obra de teatro Las ondas de la Catrina ha sido representada en muchos países, así como en Broadway, New York. Actualmente vive y trabaja en Houston, Texas. (erivera1456@yahoo.com)

Tuesday, August 12, 2014

FAITH



“God doesn’t treat us as our sins deserve, nor pay us back in full for our wrongs. He knows us inside and out, keeps in mind that we’re made of mud,” the Verse of the Day reads on my phone screen. The feeling of being lost, of being a terrible person, of having done wrong, which came upon me yesterday, is still on my mind. The hard part is that I believed I had acted pure and clean all along. Maybe I did. 
What are we to do, having fallen in love? One sees everything through eyes of faith. I came to Miami for a few days because I wanted to see this person who is so dear to me. I love and respect him very much. I wanted to ask him what had happened, did I dream my love story, was it only in my head?  I wanted to cry, “Help!” I wanted to speak clear and open my heart. I wanted to ask him for his truth. I thought I would be brave enough to find out what the story of the two amazing birds meant in the real life, was it only fiction, a white lie, a misunderstanding on my part? I wanted to have started a more courageous talk. 
I saw the ring, listened to his questions and became paralyzed. I was lost. What’s next? Faith, faith, more faith, only faith. I am glad God doesn’t treat us as our sins deserve, nor pay us back in full for our wrongs.


Wednesday, August 6, 2014

GARABATO No. 74


 
     

Por Eduardo Rodríguez Solís


      El gato siamés se salió por una ventana medio abierta. Brincó la barda de madera y se sintió libre. Ya podía correr como los demás gatos que andaban de un lado a otro…. Eran todos gatos que tenían dueño, pero que podían andar como “El gato con botas”.
      Caminaban todos como equilibristas a lo largo de las delgadas cercas, y visitaban muchos jardines. Y en algunos lados comían lo que fuere.
      Pero la comunidad de los gatos vio al gato siamés como un extraño. Ese gato era distinto. Tenía los ojos bizcos y maullaba de una manera muy rara.
      Entonces, Felinus Pavorosus, como su primer dueño lo bautizó, empezó a ser un felino solitario.
      Todos se asustaban con sus miradas y para nada entendían sus maullidos.
      Un día se topó con un individuo que era franco amigo de todos los animales. Tenía una gata casera, que no salía para nada. Y también se sentía amo o dueño de dos gatas que tenían su cuarto privado, en una bodega, donde había una puertita “para gatos”.
      El individuo en cuestión se quedó con la boca abierta al ver al gato siamés. Es que Felinus Pavorosus era un gato fino, absolutamente distinto a los felinos que deambulaban en ese barrio.
      Y el gato raro, quizás de alcurnia, se dejó acariciar.
      Ante esto, las dos gatas andariegas se mostraron celosas y casi se le echaron encima a ese Felinus Pavorosus.
      El individuo buscó entonces una buena “posada” para este extraño gato. Y unas mujeres que tenían tres perros y un gato “que entraba y salía”, se mostraron super interesadas en adoptar a Felinus Pavorosus, el elegante gato siamés.
      Y se lo llevaron dentro de un pet carrier de plástico, y lo metieron a un baño, antes de experimentar que “se moviera” entre tres perros y un gato que entraba y salía.
      Pero antes de 24 horas, el gato elegante se salió del baño y se enfrentó a uno de los perros, y casi se batió a muerte con el gato que entraba y salía.
      Y antes de otras 24 horas, el gato siamés “hizo sus maletas” y se fue a vivir con el papá y la mamá de una de las mujeres que bien tenían su pequeño zoológico.
      Y así fue cómo Felinus Pavorosus llegó a un rancho, donde había vacas y caballos… Ahí se volvió dueño y señor del lugar… Andaba entonces detrás del señor de la casa y, cuando había béisbol por televisión, el gato siamés se echaba en las piernas de aquel su nuevo dueño… Se la pasaba de lo lindo…
      Pero, ¿quién era quién? ¿El viejo vaquero era el dueño del gato elegante, o el gato elegante era el amo y señor de ese territorio?
      “Sepa la bola…” (Como dirían en una colonia popular de la ciudad de México).

 
Eduardo Rodríguez Solís (D.F.) ha publicado libros de teatro, cuento y novela. Fue el primer editor de la revista Mester, del Taller de Juan José Arreola. Ha recibido reconocimientos nacionales por Banderitas de papel picadoSobre los orígenes del hombreDoncella vestida de blanco y El señor que vestía pulgas. Su cuento San Simón de los Magueyes ha sido premiado y llevado al cine por Alejandro Galindo, con guión de Carlos Bracho. Su obra de teatro Las ondas de la Catrina ha sido representada en muchos países, así como en Broadway, New York. Actualmente vive y trabaja en Houston, Texas. (erivera1456@yahoo.com)
 
 

Saturday, August 2, 2014

AMÉRICA


 
 
 
Por Eriberto De La Fe
 
 
 
América es india, América es negra,
América es blanca y mestiza,
también gallega.


América es de todos, de todo aquel que llega,
América es dulce, América es piedra.
América es sol, América es selva,
América es cumbre que se esconde en las montañas,
América es caña, América es dulzura,
mieles de sus almas.


América es una, la deseada,
América, la primorosa,
América, el mundo nuevo,
que por sus mares trajo al hombre blanco,
de un mundo lejos, de un mundo viejo.


América eres mezcla de razas lejanas,
América eres india de miradas azules y piel quemada,
América de mujeres bellas
y de pies descalzos, de cinturas estrechas,
de miradas al viento,
tomadas sin derecho por aquel que llegaba.


América, esclava un día fuiste
del hombre que vino lejos
a herirte en el rostro y las entrañas.
América a tus hijos perdiste conquistados por el hierro viejo,
América tu sangre diste, tu sangre roja y pura
de aquellos que en tus senos engendraste
y casi los pierde a todos en tal cruel conquista.


América es viento, América es trueno,
América es un lamento cerca del cielo,
América es llanto, tristeza de esclavo ajeno.


América eres dulce, tan dulce como sus cañas,
América es fruto de llanos y montañas,
América es cañada donde se esconde el arroyo que pasa
solo y triste junto al camino que al río abraza.

 
América es lejana, oculta tras sus playas.
América está desnuda
y en el mar se baña,
América es la marinera,
América, la espumosa,
América es cordillera,
cordillera helada, llena de oro y plata
que la avaricia despertara.

 
América es pico en las alturas.
América es lago dulce,
América es llanura,
¡América eres única en tu hermosura!


América es precipicio y río,
desfiladero al vacío,
América es torrente, cacao y selva,
América como su gente ¡es inmensa!

 
América es trópico y fuego
y también confines de hielos
donde se acurrucan sus ansias
y se dilatan sus miedos.


América es novia bella y amante serena
despeinada y descalza sobre la arena.
América, la madre buena,
América que orgullo, saberme hijo tuyo
y descansar un día bajo tu tierra.


América eres calle vieja y avenida nueva,
América eres alameda y malecón,
América eres caverna y ciudadela
preñada de canción.


América eres plaza adoquinada,
hacinada de sol a sol, llena de romances,
música y pregón,
América eres melodía y ron.


América eres grito de una tierra lejana
oculta y descalza entre llanos y sabanas,
América eres sol y nubes,
América eres rebelde como tus montañas.


América eres el eco del dolor que al mundo despertara,
América eres ritmo de tambores lejanos
 que repican al atardecer,
y que no duermen nunca para alegrar corazones,
que despiertan con el sol que llama a sus ventanas,
con los soplos del amanecer,
tambores de una tierra bella, dulce, tierna, ¡americana!

 
América de sombras en medio del bosque,
de iras y risas, de altivas palmeras que bailan con el viento,
América es cuna de hombres valientes,
que rajando el grito defendieron su tierra,
con el eco que estremeció la sierra.

 
América es poesía verde y dulce,
de un continente lleno de flores,
de aromas y bosques que inspiraron al poeta,
que voló sin alas, allá muy lejos,
que cruzó los mares y llevó sus versos
que te hicieron grande y notable al universo.

 
América lo ha dado todo siempre todo
sin pedir a cambio nunca nada,
América solo quiere hoy un libro,
para aprender a leer y a escribir,
para contarle al mundo su historia triste,
su historia bella y lejana.

 

Domingo 22 de noviembre, 2009
E. De La Fe

  
Eriberto De La Fe (Palma Soriano, Cuba 1959). Master en Lengua y Cultura españolas, Universidad de Salamanca, España 2010. Ganador del primer premio de poesía del XII Festival Hispano del Libro de Houston, 2014. Publicó su primer libro de poemas, Refugios del alma, en el presente año. Ejerce como maestro elemental en la escuela chárter “Amigos por vida” desde el 2005 hasta la fecha. También ha trabajado para el HISD. Ostenta los certificados de español (6-12), ESL y EC-4 de Texas. Le apasionan la poesía y las buenas letras desde muy pequeño.  Reside en la ciudad de Houston, TX desde 1998.