Thursday, July 7, 2011

LAS PROVOCATIVAS FABULACIONES DE DAVID M. BOWERS




David M. Bowers: Fragile Ego's, oil on linen, 17 x 12 in.


Por Chaliang Merino


Para David M. Bowers la creación es una verdadera necesidad, aprendizaje constante, íntima comunión entre realidad y fantasía. La prodigiosa carrera de Bowers iniciada en la década del ochenta y aparejada a los predios del Art Institute de Pittsburgh en el que impartió clases por 10 años, estuvo signada, a partir de 1991, por su gran vocación como ilustrador. Artífice de numerosas portadas de libros e importantes revistas -TIME, Cigar Aficionado y Wine Spectator- y merecedor de notables distinciones y premios en el terreno de la ilustración, Bowers se inclina definitivamente, ya en el 2004, hacia la obra pictórica con grandes incentivos. Y aún cuando algunas de sus pretensiones estéticas y formales son modificadas en el mismo instante en que decide enriquecer su carrera como ilustrador dando paso a un período de total imbricación con la pintura, la impronta de Bowers ha estado imbuida de una intensa voluntad de investigación conceptual y técnica desde las más tempranas facetas de sus incursiones en el ámbito de lo visual. Incitada por el espíritu del dibujo ilustrativo y alentada en depuradas técnicas utilizadas por los grandes maestros, la poética de Bowers manifiesta, con provocadora fascinación, un universo sensorial en el que nos sentimos partícipes.




David M. Bowers: The Secret, oil on paper, 14 x 20 in.


En la obra de Bowers existe espacio para la transformación espiritual, para la ingenuidad amorosa, para la denuncia de ciertos conflictos existenciales, para ridiculizar vicios y poderes y también para asumir, con el mayor de los riesgos posibles, el experimento de la creación. Si bien el artista busca denodadamente expresar con belleza las ansiedades del hombre, sus obras no poseen un sustrato narrativo o histórico sino de alusiva y sugerente contemporaneidad. Bowers no colabora con el azar ni el accidente; su agudo conocimiento de la Historia del Arte liado a la gran atracción que siente por la pintura holandesa del siglo XVII, le incitan a lo previsible, a lo exactamente premeditado. Obras como Paulina’s Dream II, Fantasy Friend y The Last Angel conforman elocuentes historias, comentarios sociales, reflexiones de gran sustrato antropológico. Pero lo más interesante en la obra de Bowers, además de la maestría con que logra crear una unidad orgánica de alucinante hiperrealismo en la que confluyen atmósferas surreales, destellos fantásticos, luces y sombras de tiempos pasados, es que encuentra en los recursos del simbolismo, las alegorías de sus inquietudes. Tijeras, manzanas, muñecos, máscaras, rosas y sombrillas, por sólo citar algunas, nos brindan las claves del desciframiento.                                      
De la mano de David M. Bowers cobra vida el genio creador. Una manzana, fruto prohibido, conmovedor signo poético, nos recuerda la imperfección de nuestras almas, el lado oscuro del corazón. ¿Dónde radica “el secreto”? The Secret, autorretrato del artista, no es sólo una  hermosísima metáfora sobre la creación, la esencia del arte, su historia, la eternidad, sino también un silencioso grito que nos insta a mirarle a los ojos con sincera devoción, como quien buscara, a ratos, los significados perdidos.


Chaliang Merino es especialista y crítico de arte. Recibió su licenciatura en Historia del Arte en La Universidad de La Habana, Cuba. Actualmente cursa estudios de maestría en la especialidad de Art Management en Saint Thomas University y funge como directora de Imago Art Gallery, Miami. (http://www.imagofineartgallery.com/)

1 comment:

  1. Para Chaly,

    Una vez más gracias por enviarnos tu nota crítica, no dejes de escribir, tienes mucho qué decir que nos hace tanta falta.
    TGW

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