Friday, September 13, 2013

VISITEMOS EL BALNEARIO MONTEGO BAY




Por Aida Ubeto Morales


El balneario Montego Bay está ubicado al Suroeste del Lago de Maracaibo en el  Estado Zulia, Venezuela, muy cercano a un pueblito llamado Barranquitas del Municipio  Perijá.
Alisto mi traje de baño para nadar a orillas del lago. Me gusta nadar y voltear mi mirada para, a  distancia, admirar el paisaje,  y así disfrutar del sol mientras juego en el agua. También,  me gusta saltar del muelle con cuidado,  porque otros niños también forman parte de esta diversión.
Busco ropa cómoda para poder trepar a los árboles. ¡Observar  el panorama desde esta perspectiva es fantástico! Acomodo un vestido para bailar. La pista de baile es enorme. Puedo imaginar a los huéspedes bailando diferentes  ritmos.
 Llevo además algunas muñecas para mis amigas Sonia y Fabiola, que viven justo al lado del balneario.
En esta temporada de vacaciones se espera recibir a muchas personas de Machiques, La Villa del Rosario y otros pueblos cercanos. Me parece escuchar la publicidad en la radio local, mientras viajo en el autobús rumbo al lugar.
El balneario es especial. Lo construyeron mis abuelos pensando que sería útil y refrescante para los huéspedes y siempre trataron de satisfacer sus necesidades, manteniendo el sitio en buenas condiciones para el disfrute familiar por más de treinta y cinco  años.




Ha pasado mucho tiempo desde mi última visita. Recuerdo que contaba con una cocina donde mi abuela solía preparar sopas, carnes, ensaladas,  pescados y  postres. Era importante ayudar a organizar a las personas que esperaban su turno para comprar el ticket de la comida. Una señora llamada Ada se encargaba de la tarea.
Durante la temporada de verano, se adicionaban kioscos donde los niños compraban gallitos o cotufas, galletas, o refrescos. En el área cerca de los kioscos, podíamos encontrar la medicatura, para asistir a las personas que necesitaban de primeros auxilios  y que con mucha confianza podían ser atendidos por médicos y  paramédicos.




La pista de baile era el lugar mas concurrido, muchas personas gozaban de conversar, bailar y pasear por los alrededores, para disfrute del conjunto musical que animaba el momento.
En temporada o fuera de ella, los pescadores podían  alquilar habitaciones para descansar después de un largo día de trabajo.
Al final del balneario se encontraba la choza de Camilo. Camilo era un guajiro muy querido y respetado por toda la familia. Él ayudaba a cuidar  el lugar y realizaba oficios para mantenerlo en  buenas condiciones.
Siempre me sentí muy orgullosa de mi familia. Todos se coordinaban para abastecer, servir y complacer a los visitantes. La posibilidad de divertirme en el balneario fue el mejor regalo que mis abuelos Jesús Ramón Morales y Edaena Vargas de Morales pudieron hacerme.
Todos los días mi abuela despertaba muy temprano, siempre primero que todos, para regar las plantas y remover la arena que entraba con el viento a los distintos pasillos del lugar.
Posiblemente te encuentres cerca y decidas visitar el balneario Montego Bay. Si luce muy distinto al que te he descrito es porque ya no nos reunimos para celebrar con la comunidad, descansar, divertirnos y disfrutar en familia.
Pero en mi memoria, permanecen vivos los recuerdos. Aunque no exista nada, podrás disfrutar de un lindo atardecer allí, con los pescadores  pasando frente a ti y  saludándote a orillas del lago de Maracaibo.




Aida Ubeto Morales egresó de la Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela y culminó su maestría en Educación para Niños con Necesidades Especiales en Fort Lauderdale, Florida. Ejerce como terapeuta educativa para mejorar e incrementar habilidades en los niños regulares o con necesidades especiales desde que nacen y hasta los tres años de edad, en el Miami Children’s Hospital. Aporta de manera filantrópica en ámbitos de la educación, capacitación docente y el desarrollo de actividades deportivas para niños. Vive en la ciudad de Homestead, al Sur del Estado de la Florida, Estados Unidos.

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