Wednesday, September 25, 2013

QUÉ BUENO HUBIERA SIDO LLAMARSE OMAR



Rosa con fondo azul


Por José Manuel Domínguez 

Para Marangeli, mi esposa


Qué bueno hubiera sido llamarse Omar,
con otra sangre en las heridas y otra piel que abrir
qué bueno habría sido bailar otra canción,
desvestirse en la noche y no ser yo
mejor aún, decirte las cosas que no diré
esas que me quitan ahora el sueño y que no puedo entrelazar
¿qué tal haberte descubierto al final de la fiesta, casi sin querer?
Hubiera querido decir tu nombre
y descubrir que eras tú
cruzar contigo una mirada,
la mirada que no tengo, los ojos de otro color.
Hubiera sido bueno mirarme pasar, pensar en mí y preguntar:
¿quién será ese vecino que pasa siempre por aquí?
ser el poeta
el soñador, el valiente, la fuente de inspiración
que el inspirado fuera otro y no yo
haber tenido otro par de amigos habría estado no tan bien
pero habrían sido otros los universos por descubrir
otros habrían sido los sueños, otra voluntad
y tal vez  no habría contemplado a todos esos héroes
que un día irremediablemente caerán.
Mejor que todo, habría sido comer contigo y tocar tus pies bajo la mesa
sin querer, enamorarme, crecer hasta donde hubieras querido tú
qué bueno hubiera sido que me vinieras a ver
al temblar, toser, otra hubiera sido mi voz
tal vez, entonces, no habría pensado en esto jamás
hubiera sido perfecto, imposible de reemplazar
habría encontrado poemas en el fondo de tu gaveta
diciendo que eres feliz.
Yo habría sido otro tal vez
yo habría sido otro
sido al revés del que se abstrae en mí.
Hubiera sido grande empequeñecer a tu lado
llamarse Alain, tener esos otros nombres que me iban a dar
y haber visto la vida desde otro lugar
desde ese balcón donde alguien y tú me miran pasar
y que ese alguien hubiera sido yo
habría sido bueno acabar a tiempo
y volver, volver, volver.


José Manuel Domínguez es director de teatro, poeta y narrador. Estudió dirección y actuación en el Instituto Superior de Arte de La Habana. Se estableció en Miami, Florida, en el año 2000. Le acompañan en su vida dos mujeres extraordinarias: su esposa Marangeli y su mamá Loli, así como su perro Sombra.

1 comment:

  1. Buen poema. Buen alimento para el espíritu. Las palabras son como escuchar unos estudios de Chopin. Cosas buenas que da la vida. Qué bueno que estos poetas siguen pariendo textos benignos. Hay que darle gracias a los dioses y a los vientos y a los pájaros.

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