Wednesday, August 8, 2012

NARA DECOR




Por Nara Mansur

de su poemario Un ejercicio al aire libre (2004)

 

Quiero hablar de las usurpaciones
de los artilugios
de lo importante y lo accesorio
tierra árida por donde camino, tu vientre quizás
tan liso y tan blanco, pequeñas marcas en las piel
quizá Flogar o Fin de Siglo
de cumpleaños los pájaros salidos de la jaula.
Mi inconsciente libertad, mi bata correspondiente
flores, deshechos, panes y peces
artilugio al fin: soy lo accesorio y lo importante.
Esta operación supera nuestro asombro
niña vieja, niña papalote.
Por todo el cuerpo los vómitos
cuando digo esas palabras
que no superan nara de nara
claro que lo que quieres es esa vida:
los caramelos sin que te cuesten las rodillas.


Qué valiente me siento cuando digo esas palabras:
qué ganas de oírlo
tan parecido a las ronchas por todo el cuerpo.
Algo como una herida se va abriendo despacio
y me siento en las piernas del abogado del diablo
no más, caramelos quizás sí, pero no más.
Ya sabes cómo me ordeno mi ineficiencia:
un saludo al entrar pero no al salir
como si uno no se fuera nunca de ningún sitio.
Tus hombros atrás: ¿produciré algo parecido a lo que quieres?
Sueño sueño sueño niña niño pañuelo.
Tengo puestas las mismas vestiduras de antaño
el cupón roto de la libreta pisoteada ¿te acuerdas?
Acumulé sensaciones para repartir
entre los pobres de la Tierra
te coloqué a ti después del sitio del asedio
pero no me bastó.
Los caramelos están en el mismo bolsillo del traje
(a eso le llaman menudencias, bagatelas).


Sabes que nada es definitivo, Nara.
El peine es para cuando termines de llorar
y te parezca que estás desaliñada, que debo cuidarte
y si me miras ¿y si no me miras?
Puedo recordar solamente uno o dos juguetes.
Lo tengo puesto sí, con todos los atributos
la batalla, sí, los juegos, sí.
Sabes que nara de esto es definitivo, lo sabes.
Puedo recordar el trance de la usurpación
lo dicho, lo escondido, lo que obtuvo el aplauso.
Despliega el oído más atento, la fe, la costumbre
estas palabras sólo me sirven para guardar el silencio.


Como si no pasara nara
los verdugos limpian los cuellos donde antes hubo besos
algún resto de semen o de loción refrescante.
El rey se llama El Gran Besador
y prepara nuestra tumba.
Le tenemos una gran confianza
como es aconsejable.
Ay, qué espectáculo tan alucinado:
sonrisas de una noche de verano
volatineros, gaseosas, escarpines.
Claro que debemos dejar de serlo
ay, mi sueño, ay mi apetencia
ay mi regocijo, ay qué canallas estos niños.
Mamá soy yo, volví, estoy aquí
mira todo lo que te he traído
¿no me reconoces?
¡Cuánto brillo, cuánta memoria, cuántos compañeros!


Nara Mansur es poeta, autora de textos para la escena y crítico teatral. Ha publicado los poemarios Mañana es cuando estoy despierta (2000) y Un ejercicio al aire libre (2004). Recibió el Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén 2011 por su cuaderno Manualidades así como el Premio de la Crítica Literaria 2011 por su libro Desdramatizándome. Cuatro poemas para el teatro. Sus textos Ignacio & María y Charlotte Corday. Poema dramático han sido llevados a escena por los grupos Teatro D’Dos y la Guerrilla del Golem. Actualmente es colaboradora del Estudio Teatral El Cuervo que dirige Pompeyo Audivert en Buenos Aires.

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