Por Eduardo Rodríguez Solís
Abre un ojo. Abre el otro.
Arruga la nariz y estornuda. Se levanta. Se estira y truenan huesos. Se acerca
a la ventana. Hay mucha niebla. El cielo está gris. Sin moverse de lugar hace
como que corre. Respira con profundidad. Experimenta un suspiro. Observa una
foto. Son sus padres en blanco y negro. Piensa que el tiempo pasa. La vida se
desliza. Suena el celular y brinca. No tiene ganas de contestar. Está aburrido.
No sabe qué hacer. Le cae el veinte y truena los dedos. Va al baño. Hace alguna
necesidad. Se moja la cara y se alisa el cabello. Vuelve a tronar los dedos. Se
pone lo que sea. Baja la escalera. Come una dona. Saca una botella de leche. Da
un trago. Abre la puerta. Camina por la calle. No saluda. Parece zombi. Acelera
la marcha. Llega al parque. Se acerca a la fuente. Alguien lo abraza. Es ella.
La actriz de la película. Porque esto es una filmación. El director grita
“corte para lunch”. Todos corren y ríen. Se queda solo. Muchas lágrimas escurren
de sus ojos. Camina hacia la puerta del estudio. Sale y resulta que está en el
espacio sideral. Algunas naves pasan. Casi no hay gravedad. Trata de caminar pero se va volando. Se pierde en el
infinito. Todo se acaba. El todo se vuelve negro. Ya no hay luz. Ahora todo es
rojo. Pero todo se torna amarillo. Es que estamos cerca del sol. Pero la vida
como que se disuelve. Se mira las manos. Son transparentes. Se mira en un
espejo. Pero no hay imagen. Se mira los pies y son transparentes. Trata de gritar
y no puede. Entonces se da cuenta que está en un laberinto. Y todo empieza a
dar vueltas. La vida se vuelve un torbellino.
Eduardo Rodríguez Solís
(D.F.) ha publicado libros de teatro, cuento y novela. Fue el primer editor de
la revista Mester, del Taller de Juan
José Arreola. Ha recibido reconocimientos nacionales por Banderitas de papel picado, Sobre
los orígenes del hombre, Doncella vestida de blanco y El señor que vestía pulgas. Su cuento San Simón de los Magueyes ha sido
premiado y llevado al cine por Alejandro Galindo, con guión de Carlos Bracho.
Su obra de teatro Las ondas de la Catrina
ha sido representada en muchos países, así como en Broadway, New York.
Actualmente vive y trabaja en Houston, Texas. (erivera1456@yahoo.com)
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