Charles Chaplin y Jackie Coogan en The Kid, 1921 |
Por Sheyla Álvarez
(Desde el salón de clase) Todos los videos de arte que hemos visto me encantaron pero hay uno que me tocó el corazón y que sobresalió entre todos los demás. Yo escogí la película The Kid de Charlie Chaplin porque sentí una conexión personal con el niño que aparece en la película. De pequeña pasé por algo similar y por eso, me siento más cómoda hablando sobre este video. El filme usa una táctica para tratar de hacer que nuestra mente trabaje el doble de lo acostumbrado, haciendo que el cerebro use las imágenes de la pantalla para procesar otras que nos ayuden a saber qué cosas los actores están diciendo.
En la película hay mucha acción, movimientos y gestos que sirven para que podamos entenderla. Los gestos faciales son variados y a través de ellos percibimos el humor de las escenas y los sentimientos de tristeza, alegría, susto, misterio, y suspenso. Hay una escena en particular donde hay mucha acción, y es cuando el vagabundo (Charlie) se pelea con el hermano del niño que le quitó los juguetes a John (The Kid), también cuando los empleados del orfanato tratan de arrebatarle al niño y él no se da por vencido, luchando contra ellos para poder recuperarlo. El movimiento es una parte fundamental de la película, y se puede apreciar en el lenguaje del cuerpo, los personajes usan varios ademanes para comunicarse en la película.
El mensaje que se defiende es explícito, porque aunque no hay sonido la historia que se cuenta demuestra que nuestros padres biológicos no tienen por qué comportarse necesariamente como padres verdaderos, pues la sangre no determina quién va a ser parte de nuestra vida. Un padre verdadero no te abandona y piensa siempre en su hijo, y cómo ayudarlo. Como dije, el mensaje es explícito, lo cual se puede notar en el propio título de la película y en las escenas donde el vagabundo (Charlie) cuida al niño como si fuera su propio hijo. Más tarde, en la película aparece el padre biológico de John quien no se molesta en tratar de ayudar a su mamá a buscar al niño.
El concepto de la película, en mi opinión, refleja como aunque no seamos padres biológicos, podemos llegar a comportarnos como padres verdaderos. La película hace notar el hecho de que el vagabundo no dejó que su escasez de dinero le impidiera proveer alimentos para su hijo. Asumir esta responsabilidad voluntariamente nos enseña cómo Charlie expresa su compasión por el pequeño huérfano. Además me llama la atención que él no iba a ser reconocido por el gobierno como hoy en día que cuando alguien hace algo recibe premios y recompensas. Muchos ayudan a otros sólo para llamar la atención. El caso del vagabundo es totalmente diferente.
Pienso que muchos espectadores reaccionarían negativamente ante este tipo de película silente, porque están acostumbrados a los filmes que tienen sonido que los ayuda a entender la historia más fácilmente. Además la pereza hace que la persona le preste menos interés porque no puede captar el mensaje. La película desafía la práctica del arte y la vida porque la audiencia no está acostumbrada a utilizar la imaginación para procesar lo que alguien “dice” sin hablar. Uno cree que las palabras tienen más efecto cuando se trasmiten a través del sonido. Las categorías del tiempo y espacio se ven muy bien reflejadas en la película, gracias al vestuario, el diseño de los automóviles y la decoración de las locaciones se sabe que se trata del 1920.
Finalmente, creo que es bueno que todas las personas tengan acceso a este tipo de expresión creativa para deshacerse de energía negativa y para ejercitar sus mentes en la formación de imágenes que ayudan a saber de lo que los actores hablan, sin utilizar sonido.
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