Polvo de estrellas |
Por José Manuel Domínguez
Siguen las palabras zumbando en mi oído
y la certeza de que era hermoso lo que estábamos
viviendo
alguien confirmó tímidamente, lo es, lo es, lo es
como si descubriera, no el momento, sino la eterna
transparencia que nos envolvía
me preguntaron si todo estaba bien, si era normal tener un
corazón tan agitado
¿Que qué cardio hago? y disimulé mientras abría y cerraba una mano lentamente
¿Que qué cardio hago? y disimulé mientras abría y cerraba una mano lentamente
por primera vez pensé en volverme polvo de estrellas,
arena, o aire en el pulmón de un rinoceronte
arena, o aire en el pulmón de un rinoceronte
todo con tal de demostrarme que no, que no era posible que
aquello fuera nuevo
que lo que estaba viviendo estaba marcado con un sello
que lo que estaba viviendo estaba marcado con un sello
con la pátina del tiempo y de lo eterno
con la ingenuidad de los años idos
con la ingenuidad de los años idos
pero escrito en las células de los cuerpos
yo no quería ser ni cambiar nada
aunque el viento en el camino me lo recordara, lo eres, sí, lo eres,
lo harás, lo harás, lo harás
aunque el viento en el camino me lo recordara, lo eres, sí, lo eres,
lo harás, lo harás, lo harás
no buscaba labios ajenos, ni sentir que besaban suavemente
mis dedos
pero sí, los besaban, alguien o algo los besaba
y al final de aquella noche
pero sí, los besaban, alguien o algo los besaba
y al final de aquella noche
quería seguir colgado del abrazo, del murmullo de un corazón
ajeno
que esparcido por el tórax, en el viento, lo dejaba pasar
todo y se iba afuera
al reencuentro de otro tiempo, de otro cuerpo huidizo
que lloraba
fui testigo de los que tenían miedo de volver, de que todo terminara
ellos que no sabían nada, como yo que no sabía nada
ahora que se escapan, tiempo, abrazo y despedidas
fui testigo de los que tenían miedo de volver, de que todo terminara
ellos que no sabían nada, como yo que no sabía nada
ahora que se escapan, tiempo, abrazo y despedidas
vuelvo a recordar la frase que se quedó en mi oído: lo es,
lo es, lo es
que sí, que aquello era hermoso, que volveríamos a vernos
mientras tanto
recordaré la arena del camino, movida por el viento
que sí, que aquello era hermoso, que volveríamos a vernos
mientras tanto
recordaré la arena del camino, movida por el viento
besando tímidamente mis dedos, colgando una frase de mi oído
y repitiendo
soy un momento del tiempo, soy lo eterno, y sí, esto es bello
lo fue siempre
soy un momento del tiempo, soy lo eterno, y sí, esto es bello
lo fue siempre
cuando yo era el aire en el pulmón del primer rinoceronte
ahora que soy el espacio entre los besos en tus dedos
y lo será cuando todos, tú, los que observan sentados el abrazo y yo
solo seamos otra vez polvo de estrellas.
ahora que soy el espacio entre los besos en tus dedos
y lo será cuando todos, tú, los que observan sentados el abrazo y yo
solo seamos otra vez polvo de estrellas.
José Manuel Domínguez es director de teatro, poeta y narrador. Estudió
dirección y actuación en el Instituto Superior de Arte de La Habana. Se
estableció en Miami, Florida, en el año 2000. Le acompañan en su vida dos
mujeres extraordinarias: su esposa Marangeli y su mamá Loli, así como su perro
Sombra.
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