Por Eduardo Rodríguez Solís
Sky Low Low era un enanito que
se pintaba el pelo. Era un güero artificial, un “pelos de elote”. Se vestía con
elegancia y siempre traía un clavel rojo en la solapa de su saco.
Era medio cabezón, y le costaba
trabajo encontrar sombreros de su talla. Y esa prenda para él era muy
importante. Es que quería parecerse al famoso Al Capone.
Cuando ya estaba listo y
perfumado, se ponía frente a un espejo, donde se veía de cuerpo entero, y se
colocaba en poses, como gánster de primera clase.
Luego, salía a la calle en
busca de aventuras.
Caminaba Sky Low Low con
estilo, y cuando pasaba frente a un escaparate, hacía un alto, y se veía bien
reflejado de pies a cabeza.
--Estoy hecho un guapo –se
decía siempre.
Pero un día le pasó algo
terrible. Al dar vuelta en una esquina se encontró con su doble… Otro enanito
que se le parecía tremendamente.
La misma cara, la misma facha,
todo igual, como una moneda a otra moneda.
Sky Low Low le dio la vuelta al
otro enanito, lo examinó casi con lupa, y le preguntó:
--¿Y tú, quién eres?
--Yo me llamo Joe Everest –dijo
el otro.
Entonces Sky Low Low se
carcajeó como marinero de trasatlántico, y gritó:
--Tú no puedes llamarte Joe
Everest. Ese nombre es absurdo para un enanito como tú.
Sky Low Low corrió hasta un
muro negro, que estaba entre una cantina y una tienda de ropa vieja y, con una
tiza blanca, puso su nombre, con letras grandes…
--Sky Low Low. Ese sí es un
bonito nombre para un enano –dijo Sky Low Low, señalándose a sí mismo.
--Ese es mi nombre –dijo con
harto orgullo.
Estos enanitos se hicieron
amigos y se volvieron uña y mugre. Sky Low Low era la mugre y Joe Everest era
la uña. Andaban juntos como si fueran mellizos, unidos por la espalda o por el
vientre.
Se les veía juntos por todas
partes, y a veces, muchos pensaban que estaban viendo visiones sin haber bebido
ni una cerveza. Eran tan iguales los dichosos enanitos.
Compartían las cosas como
buenos hermanos… Una vez consiguieron un trabajo para uno de ellos. Era algo
muy complicado que requería mucha concentración. Por lo mismo, sin que el dueño
del negocio supiera que eran dos los enanos, supieron Sky y Joe repartirse el
trabajo. Sky iba a las oficinas lunes, miércoles y viernes, y Joe se presentaba
los martes y los jueves, y, desde luego, se cobraba un solo sueldo… En otra
ocasión, uno de los dos enanos se hizo de una novia, y la novia veía a un enano
un día y a otro el día siguiente… También, por las noches, hasta compartían los
sueños. Para esto, se cambiaban de cama.
Pero un día de mucho calor,
cuando fueron a un parque de diversiones, tuvieron la triste idea de treparse a
la rueda de la fortuna, de doble aro, y la canastilla que los transportaba se zafó
de sus engranes y por allá fueron a caer.
Sky Low Low perdió la vida y
Joe Everest se quedó solo, todo golpeado, en el mundo.
Y cuando Sky Low Low llegó al
reino de los cielos y se formó en la larga fila que se entrevistaba con San
Pedro, sentía que le faltaba algo, algo que se llamaba Joe Everest… Claro que
sí, una parte de él se había quedado en la lejana Tierra.
Pero la tristeza se disipó por
completo, ya que detrás de una nube azul se topó (¡caramba, carambola!) con Joe
Everest, quien se acababa de suicidar.
Con una navaja de boy scout
sellaron su amistad, pues se hicieron cortadas en la mano derecha y mezclaron
las sangres.
Y a la media noche, tuvieron la
feliz idea de intercambiar personalidades. Joe Everest se volvió Sky Low
Low, y el enano Sky Low Low se tornó Joe Everest.
Eduardo Rodríguez Solís
(D.F.) ha publicado libros de teatro, cuento y novela. Fue el primer editor de
la revista Mester, del Taller de Juan
José Arreola. Ha recibido reconocimientos nacionales por Banderitas de papel picado, Sobre
los orígenes del hombre, Doncella
vestida de blanco y El señor que
vestía pulgas. Su cuento San Simón de
los Magueyes ha sido premiado y llevado al cine por Alejandro Galindo, con
guión de Carlos Bracho. Su obra de teatro Las
ondas de la Catrina ha sido representada en muchos países, así como en
Broadway, New York. Actualmente vive y trabaja en Houston, Texas. (erivera1456@yahoo.com)
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