Aida Ubeto Morales en Vuelo de Esperanza (imagen de contracubierta) Diseño gráfico y collage: Mayra y Mayren Espina |
Por Aida Ubeto Morales
Aquí crecí, junto a mis
abuelos. Por eso es importante para mí. Me sorprendió encontrarme
familias viviendo en ese lugar, por supuesto muchos niños, más de 18. Dediqué 2 días a estos lindos niños, y te voy
a resumir lo que hicimos, les mostré un álbum de fotos artísticas que tenía
junto conmigo. Para ellos fue sensacional ver saltos, poses, expresiones y más,
disfrutamos de la lectura de un cuento que recibirás, leído en 2 idiomas. Tuvimos
oportunidad de bailar –imagina una clase de zumba. Los niños y las niñas
participaron sin pena ninguna, reían y se involucraron. Además tuvimos
jornada de limpieza para que aprendan a conservar su ambiente –estaba muy
descuidado y lucía un tanto riesgoso.
Todos se autoevaluaron
durante esta actividad. Muchas personas familiares y amigos me
dijeron que perdería mi tiempo. Ya me conoces, no me detengo, así que continúe
disfrutando de sus habilidades y nadamos en el agua, jugamos, conversamos y al
final, paseamos en lancha. Para algunos, era la primera vez, puesto que este es
el medio de trabajo de sus padres, no es diversión pasear en lancha como para
nosotros. Pero los padres fueron muy amables y confiaron en mí. Hicimos 2
paseos, uno corto para los pequeños y luego navegamos una distancia más grande
para los grandes porque no entrábamos todos en la lancha. Esto fue en Venezuela, en el estado de Zulia, a
orillas del Lago de Maracaibo.
Algo con lo que me quedo, además de lo fascinante que fue todo esto, es una foto de la hermana de una de las niñas, la cual no se encontraba. La niña me dio la foto de su hermana cuando me estaba despidiendo de ellos. Imagino que me obsequió esta fotografía como para que me diera cuenta de que a ella le hubiera encantado que su hermana hubiera estado presente para compartir la experiencia.
Algo con lo que me quedo, además de lo fascinante que fue todo esto, es una foto de la hermana de una de las niñas, la cual no se encontraba. La niña me dio la foto de su hermana cuando me estaba despidiendo de ellos. Imagino que me obsequió esta fotografía como para que me diera cuenta de que a ella le hubiera encantado que su hermana hubiera estado presente para compartir la experiencia.
Además, me llamaron por
teléfono. ¡No lo podía creer! Ahora mantenemos contacto y me dicen que
limpian la playa y me preguntan cuando iré... algo preocupante para mí porque
no entienden que vivo en otro país. Sin embargo cuando hablo con sus familiares
les pido que les expliquen qué tan difícil puede ser para mí regresar, me encantaría
visitarlos de nuevo en 2 años otra vez. Espero Dios me permita realizarlo, ¡debo
trabajar para eso! Todo lo que te describí lo anuncié en el periódico local,
espero conseguir ayuda para continuar con otro Vuelo de Esperanza para ellos.
Ahora me voy a dormir.
Aida.
Aida Ubeto Morales egresó de la Escuela de Educación de la Universidad
Central de Venezuela y culminó su maestría en Educación para Niños con
Necesidades Especiales en Fort Lauderdale, Florida. Ejerce como terapeuta
educativa para mejorar e incrementar habilidades en los niños regulares o con
necesidades especiales desde que nacen y hasta los tres años de edad, en el
Miami Children’s Hospital. Aporta de manera filantrópica en ámbitos de la
educación, capacitación docente y el desarrollo de actividades deportivas para
niños. Vive en la ciudad de Homestead, al Sur del Estado de la Florida, Estados
Unidos.
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