Por José Manuel
Domínguez
Acecho ahora desde lo oscuro
desde lejos, desde el nunca jamás
utilicé mis armas blandas, las únicas que tengo
algo tal vez de mi objeto oscuro y de deseo
quise cantarle y seducirle brillantemente
para que me abriera el pecho y me dejara entrar
(yo siempre quiero entrar por lugares estrechos, errar la flecha
porque no puedo evitar una alegría cuando erro)
no funcionó, simplemente eso, y siguió de largo
es que me pierdo en las artimañas del regusto, o me pongo de frente al viento
en la morbidez y la blandura
me quedo esperando que me escriba, o que se escriba, que aparezca
que muestre un hilo para despuntarlo, ensartarlo luego
poema por escribir que me acechas, al igual que yo, desde lo oscuro.
Acecho ahora desde lo oscuro
desde lejos, desde el nunca jamás
utilicé mis armas blandas, las únicas que tengo
algo tal vez de mi objeto oscuro y de deseo
quise cantarle y seducirle brillantemente
para que me abriera el pecho y me dejara entrar
(yo siempre quiero entrar por lugares estrechos, errar la flecha
porque no puedo evitar una alegría cuando erro)
no funcionó, simplemente eso, y siguió de largo
es que me pierdo en las artimañas del regusto, o me pongo de frente al viento
en la morbidez y la blandura
me quedo esperando que me escriba, o que se escriba, que aparezca
que muestre un hilo para despuntarlo, ensartarlo luego
poema por escribir que me acechas, al igual que yo, desde lo oscuro.
José Manuel Domínguez es director
de teatro, poeta y narrador. Estudió dirección y actuación en el Instituto
Superior de Arte de La Habana. Se estableció en Miami, Florida, en el año 2000.
Le acompañan en su vida dos mujeres extraordinarias: su esposa Marángeli y su
mamá Loli, así como su perro Sombra.
No comments:
Post a Comment