Una obra infantil
Bosque. Ambiente de bosque. Llega el hada con una
mochila al hombro y una maleta de viaje. Se sienta en una piedra y se enjuga el
sudor de la frente. Saca una lupa de la maleta. Observa el suelo.
Hada: Llovió. (Ríe) Qué blandita. Moriría justo aquí.
He buscado tanto un lugar
para mis semillas. Quiero que me entierren con ellas
en este claro.
Viene arrastrándose una
lombriz de tierra que jadea.
Hada: ¿Eh? (Se
esconde tras una piedra)
Lombriz: ¡Ah! El camino es
tan largo. ¡Ofrezco uno de mis anillos por un charquito!
Silbido
Lombriz: ¿Quién?
Hada (Saca la cabeza): Buen día.
Lombriz: ¡¿Bicho?!
Hada: ¿Bicho?
Juegan con los niveles y los
arbolitos.
Lombriz: ¿Eres perro?
Hada: No, no.
Lombriz: ¿Entonces conejo?
Hada: Jí, jí.
Lombriz: Águila mala.
¡Socorro!
Hada (Se le acerca): Ssshh, ni águila ni
perro. Conejo menos. ¿Son mis orejas
puntiagudas?
Lombriz: Las recortaste.
Hada: Si quisiera podría
ser conejo.
Lombriz (trata de escapar por un agujero):
¡Auxilio!
Hada: No te vayas. (Toca el montón de tierra por donde ha
entrado la Lombriz)
Qué fría.
Lombriz: ¿Acaso quieres
encontrar un volcán en el bosque?
Hada: Puedo hallarlo.
El Hada saca de su maleta una
naranja y un cuchillo. Corta la naranja en dos
frente a la Lombriz.
Lombriz (chupando la naranja): ¿Dónde vas?
Hada: A explorar la
tierra.
Lombriz: ¿En busca de
volcanes o bosques?
Hada: Sólo tierra
fresca.
Lombriz (tose, carraspea, con donaire): Toma de
aquí cuanto quieras.
Hada: ¿Me permite?
Lombriz: No te lleves mucho.
Hada: Es que traigo unas
semillas.
Canto de un pájaro
Lombriz: ¡Un
monstruo de pico largo!
Hada: ¿Dónde? (Se esconde)
Lombriz: En el árbol.
El Hada extiende sus manos. El
gorrión se posa sobre ellas.
Lombriz: Dos monstruos.
Hada: Espera…
La Lombriz saca el
cuerpo de la tierra poco a poco.
Hada: Mira, es tan
pequeño.
Lombriz: Confía. Confía.
Hada: Siente qué suave.
Lombriz: Vaya inteligencia:
mudo, quieto. Me acerco y aahh...
Tropieza con dos
piedras. El gorrión se escapa.
Hada: Lo ahuyentaste.
Suena un reloj. El
Hada saca el reloj de su maleta para darle cuerda.
Hada: Tengo muy poco tiempo.
Lombriz: Bueno, te permito
que siembres tus matas.
Hada: Gracias, pero las
semillas sólo crecen en un sitio especial.
Lombriz: Te presto mi
bosque.
Hada: No, las plantas se
ahogarían con tanto árbol.
Lombriz: Vendría la lucha.
Por un lado las débiles maticas y por el otro,
los fuertes árboles del bosque.
Yo y los árboles. ¡Uf!
El Hada corre a
ella. Le revisa los ojos. Le toma el pulso.
Lombriz: Me duele la
cabeza.
Hada: Come esto. Es
mágico.
Lombriz: ¿Qué es?
Hada: Aspirina.
Lombriz: Aspa...
Hada: As pi ri na.
Suena el reloj otra
vez.
Hada: Antes del amanecer
debo encontrar la tierra, sembrar y despedirme.
Lombriz: Pues voy contigo.
Hada: ¿Quién cuidará el
bosque?
Lombriz: El bosque es
grande. Puede pelear con maticas indefensas.
Que se cuide solo.
Hada: Menudo dueño.
Lombriz: A decir verdad, yo
estoy de paso. Gobierno un poco aquí y otro allá.
El Hada ríe. Va
hacia la maleta.
Hada: Que al abrir
la maletica, aparezca la coronita.
Saca una corona y
se la pone a la Lombriz, quien adopta una actitud señorial.
Lombriz: ¿Tierra fresca?
Hada: Es la que busco.
Lombriz: Quizá algún
arbolito que proteja a tus semillas…
Hada: ¿Qué más querría?
Lombriz: Hummm. ¿Pájaros y
niños jugando a la pelota?
Hada: Sí, sí.
Lombriz: Yo...
Hada: ¿Sabes dónde puedo
encontrar lo que busco?
Lombriz: Pues sinceramente
no.
El Hada llora sobre
su maleta. La Lombriz se acerca a la mochila y
comienza a desanudarla.
Lombriz: Por un chicle te
llevo.
Hada: ¿Chicle?
Lombriz: Goma de mascar.
Hada: Cuidado… ¡Se fugan
las semillas!
Lombriz: ¿Tienen piernas?
Hada: No.
Lombriz: ¿Alas? ¿Patas?
Hada: Son mágicas. Te
descuidas y desaparecen.
Lombriz: Quiero verlas.
Hada: No, no es el
momento.
Lombriz: Este es mi
bosque.
Hada: El bosque se
cuida solo. Es grande. Es de él mismo.
Lombriz: Yo dije que los
árboles se cuidan solos.
Hada: ¿Un árbol, más
otro árbol, más otro, a qué es igual?
Lombriz: A tres más o
menos.
Hada: Tres. ¿Tres
árboles más muchos otros árboles a qué es igual?
La Lombriz cuenta
sus anillos.
Hada: Al bosque.
Lombriz: Abriré con cuidado.
Hada: Vamos a encontrar
la tierra. Sembraremos luego las semillas.
Lombriz: ¡Bien! El lugar está muy cerca, tanto como
para sembrar las
semillas de una vez.
Relámpagos.
Tiemblan los árboles. Hojas volando. Viento.
Hada: Huele a lluvia.
Lombriz: Si aspiras el aire
no podrás seguir.
El Hada se sostiene
de un tronco. La Lombriz se acurruca entre la maleta
y la mochila.
Hada: El agua es buena
para las semillas.
Lombriz: La necesaria.
Entra el Aguarrayo lleno
de cascabeles y objetos ruidosos.
Aguarrayo: Soy un
chico muy especial
y vengo mi agua a donar.
¿Dónde encontrarla
mejor
si mis nubes
cubren al sol?
Traigo de postre un rayo,
del primer
aguacero de mayo.
Lombriz: La misma canción de siempre.
Aguarrayo: Original.
Auténtico.
El Hada estornuda.
Aguarrayo (a la Lombriz):
¿Qué, cuándo, cómo te atreves a zumbarme
tus bacterias?
Hada: Fui yo.
El Aguarrayo se estremece.
Aguarrayo: ¿Qué tenemos...?
¿Y esas alas? ¿Eres gallina, pollo, mariposa,
murciélago, cocuyo o cualquier
otro pájaro?
Hada: Soy un Hada.
Aguarrayo: Ha-da. Otra especie voladora.
¿Vienes de una familia poderosa?
¿Tienes chicle? ¿Padres?
Hada: En otra dimensión.
Aguarrayo: Fecha de nacimiento. Carné de
identidad. Cursos aprobados.
Diploma de graduación. Dirección particular.
Recomendaciones.
Hada: Por favor, no
tengo lo que pide.
Lombriz: ¿Te las das de
vigilante?
Aguarrayo: Viola las reglas (Saca un par de esposas. Mira al Hada fijamente.
Luego, con una gasita la amarra a un árbol).
Lombriz: Aquí tampoco puedes
pisar el césped.
Aguarrayo saca una
regadera y se moja la cabeza.
Aguarrayo: ¿Qué día es hoy?
Lombriz: Es martes.
Aguarrayo: Ya tengo marcado
el martes.
Aguarrayo ata la Lombriz
a la mochila.
Hada: Hoy es sábado.
Aguarrayo: Y caerán sobre la
tierra los rayos verdes.
Hada: Dañarás los
árboles.
Aguarrayo: ¿Qué? ¿Quién? ¿Cómo? ¿Cuándo
le di a usted semejante
confianza, extranjera?
Hada: ¿No siente compasión?
Aguarrayo: Les traigo agua y
clorofila.
Lombriz: Pobrecitos. Ni se
mueven. ¿Lloras?
Hada: Perderé las
semillas.
Aguarrayo: ¡Lluvia, lluvia,
fuertes vientos y granizos, los amigos del bosque
esperan nuestros servicios!
Empieza a llover
caramelos.
Aguarrayo: Dulces granizos. (Desaparece)
El hada y la
lombriz se protegen lo más que pueden.
Hada: Si tuviera mi
varita…
Lombriz: ¿Podrías liberarme?
Hada: Sí.
Lombriz: ¿Qué esperas
entonces? ¡Búscala!
Hada: La perdí.
Lombriz: Vaya. ¿Dónde
tienes la cabeza?
Hada: Mi varita de
estrellas para narrar cuentos, cuentos de hadas.
Lombriz: ¡Si alguien encuentra una varita, haga el
favor de devolverla!
Hada: ¿Por qué gritas?
Asustas a las semillas.
Lombriz: Semillas,
semillas, semillas. Si alguien encuentra una semi...
Sale el Escarabajo
con sombrilla.
Lombriz: Oye. PSSSS…
Hada: ¡Señor Escarabajo!
Lombriz: Es sordo.
El Hada se mueve para llamar la atención. A la
sombrilla del Escarabajo
le cae un caramelito (desprendido de la rama de algún árbol
probablemente).
Escarabajo: Oh, no. Mi sombrilla nueva. Pájaro de mal agüero. Te quedarás inmóvil
para siempre.
El Pájaro posado en la rama del árbol queda congelado.
Escarabajo: ¿Ya no se usa decir ABRACADABRA?
Todo está tan desarrollado.
Hada: ¡Mi varita!
Lombriz: ¿Esa? Qué poderes. El pájaro se volvió hielo
sólo de anunciarlo.
Hada: Señor Escarabajo zafa la soga.
Hacen señas el Hada y la Lombriz. Silencio. Como si
los espectadores
vieran por los ojos del Escarabajo y no escucharan por sus
oídos.
Debe entenderse una historia conmovedora. El Escarabajo se echa a
llorar.
Lombriz: Vaya.
Hada (mira al Pájaro): Ahora.
El Pájaro corta la
gasa con el pico. La Lombriz se cubre los ojos.
Lombriz: Me estás picando.
Hada: ¿Dónde estabas?
Pájaro: Vi al Aguarrayo que venía con sus vientos y
fui a buscar ayuda.
Por el camino descubrí al señor Escarabajo. Me escondí detrás
de unos matojos.
El aire era tan fuerte que el escarabajo tuvo que cubrirse con
las alas. Entonces
se detuvo, sacó la varita y consiguió una sombrilla para
protegerse. Regresé
tan rápido como pude. ¿Haremos algo no? ¿Dónde se habrá
metido ese escarabajo?
Escarabajo: Mi sombrilla nueva echada a
perder… ¿Por qué me tiene que pasar
esto a mí? ¡A mí! Yo nada más quería jugar
con Pulgarcita y mostrarle el reino.
Jamás me casaría con ella. Tiene muy pocas
patas.
Hada: Señor Escarabajo,
espere.
Escarabajo (Saca la varita): Atrás rana atrás.
El Hada se
transforma en una rana. Máscara que incluye el cuerpo.
Rana: Croac, croac.
Lombriz: Qué graciosa.
Pájaro: Vamos a ayudarla.
Rana: Croac, no lo
espanten.
El Pájaro y la Lombriz
se acercan con cuidado. La Rana salta sobre la maleta.
Rana: Mis semillitas.
El Pájaro y la Lombriz
están a punto de capturar al Escarabajo.
Rana: Amigos, escuchen.
El Escarabajo
vuela.
Lombriz: Vaya.
Rana: Mi cuerpo pide
agua.
Pájaro: No hay charcos
cerca. Tendremos que volar mucho.
Rana: No. Yo me quedo. Lloro para mojarme. Si se
acaban mis lágrimas,
por favor, siembren las semillas.
Pájaro: Llora con ella.
Lombriz: ¿Yo? Llora tú.
Pájaro: Me encargaré del Escarabajo.
Lombriz: No, yo soy más fuerte.
El Pájaro revolotea,
con el pico y las alas amenazantes.
Lombriz: Está bien, está
bien: uuaaaahh, uuaahh.
Entra el Aguarrayo.
Aguarrayo: Multa por llorar
sin permiso.
La Rana empieza a croar más y
más.
Aguarrayo: No quedará pata
de rana viva. (Se esfuma)
Truena. Empieza a
llover.
Pájaro: Que llueva, que
llueva que la ranita juega.
La Rana salta de alegría bajo la lluvia. Saca de su
maleta dos paraguas.
Uno para cada uno de sus amigos. Empiezan a bailar. El Escarabajo
se asoma,
echa su sombrilla a la basura.
Escarabajo: ¿Por qué yo no
tengo un paraguas? (Saca la varita) Un,
dos, tres:
mosquitos.
Máscaras corporales,
sonidos. Los personajes convertidos en mosquitos pican
al Escarabajo y al público.
Escarabajo: ¡Sáquenme de aquí!
Lombriz: Vaya.
Hada: Devuélvanos la
varita.
Escarabajo: Sáquenme de aquí.
Suena el reloj. El Hada
va hacia la maleta.
Hada: No podré morir en
paz si no siembro mis semillas.
Lombriz: ¿Morir? Nadie ha
hablado de morirse.
Escarabajo: ¡Sáquenme de aquí!
Viento. Una lluvia de caramelos sepulta la mochila.
Escarabajo: A la basura estos caramelos.
Entra el Aguarrayo.
Aguarrayo: ¿Qué, cómo, quién?
El Escarabajo empuña la varita. La varita se transforma
en una espada.
Aguarrayo: ¿Eh? Dos años de privación de
libertad por uso de armas blancas
y palabras ofensivas.
Lombriz: A la cárcel.
Hada: Me siento débil.
Lombriz: ¿No será que tienes
hambre?
El Escarabajo hiere al Aguarrayo. De su herida brotan
caramelos.
Aguarrayo: Agua, agua.
Lombriz: Muy simpático.
Escarabajo: Aayy lo maté, ja,
ja, la maté, lo ma-té. (Da un tropezón.
Cae
al suelo desmayado.)
La espada se le
escapa, transformándose en una varita nuevamente.
La Lombriz se adueña de la
varita.
Lombriz: Al fin.
Hada: Una jarra con
agua, por favor.
Lombriz: Pero yo no tengo
sed.
Hada: Es para el Aguarrayo.
Lombriz: Mejor pido una
bomba para asustar o un tirapiedras.
Hada: Morirán las
semillas, el Aguarrayo, el bosque.
Lombriz: Mmmm, las
semillas, allá voy.
Hada: Tengo que
sembrarlas.
Sonido lejano de un
reloj.
Lombriz: Las tiraré.
El Hada suspira, su
cara llorosa contra un árbol.
Aguarrayo: Semillas para
sembrar… ¡Árboles en fila!
Los árboles del
bosque forman un gran batallón.
Coro de Árboles: Deja las semillas nacer,
para que puedan crecer.
¿Te sigues portando
mal?
Los árboles te juzgarán.
Coreografía de los
árboles.
Árbol Grueso: Yo me adelanto
porque soy el mayor.
A mis hermanos el ejemplo doy, sí señor.
Adiós al pánico. Adiós al temor.
Venga quien venga: soy un gran boxeador.
Árbol Pequeño: No soy tan grande,
no soy tan fuerte,
pero sí muy osado. Me dicen Valiente.
Si quieres algún mal hacer, muy equivocada
estás.
Danos
pronto la varita o me enojaré más.
Coro: Árboles en fila.
Árboles en marcha.
Atrapemos a la Lombriz para que no
se vaya.
Bailemos muchachos. Cortémosle el paso.
Lombriz testaruda es sencillo caso.
Divirtámonos.
Un árbol cubre los ojos a la Lombriz. Se advierten en
el juego de la gallina ciega.
Árbol Pequeño: Lombricilla ¿te
das por vencida?
El Escarabajo empieza a desperezarse pero al ver los
árboles cantando se vuelve a desmayar.
Lombriz: Quiero una correa.
La varita se transforma en látigo. La Lombriz se arrastra hacia
la mochila.
Lombriz: ¿Qué hay aquí?
Hada: Son estrellas.
Aguarrayo: Agua, agua.
El sonido del reloj
se deja escuchar, muy lejano esta vez.
Hada: Apenas oigo.
Son las estrellas. Espera, Aguarrayo.
El Hada parece que vuela ante los personajes
deslumbrados.
Hada: Lo hice, lo hice. Ahora sí soy realmente un
hada.
La Lombriz lanza con fuerza la varita contra el suelo.
La tierra se va tornando
húmeda y fértil. Los caramelos se derriten
progresivamente. Los árboles han
quedado plantados otra vez. La Lombriz se ha
convertido en un árbol muy gracioso.
Pájaro: Mi pico... Mis
alas... (Trina)
Al escucharse el trino debe crearse, con sensaciones
muy sutiles, la atmósfera de
un posible amanecer. El Hada saca una jícara con
agua de su maleta y salpica
al Aguarrayo.
Hada: Era para las
semillas. Me muero sin plantarlas.
El Pájaro se encarga de atarle
las patas y alas al escarabajo.
Aguarrayo (Recuperado): Es hora de sembrar.
El hada se anima aunque está muy delicada. Abre la
mochila. Saca las semillas:
Unas zapatillas de cristal, una calabaza grande,
seis ratoncitos, una nariz muy
larga de madera, unos labios rojos en forma de
corazón, un ala de cisne, una
pequeña rueca y una princesa de papel dormida.
Los rostros de los personajes
se iluminan. Los tres siembran las semillas. El
hada, sin que los otros se den
cuenta, cierra los ojos y se acuesta en la
tierra. Debe crearse una cadena de
acciones muy llamativa en la siembra, para
que oscureciendo un poco la
escena, al volver la luz aparezca una semilla.
Pájaro: ¿Qué será de la
vida del Escarabajo?
Aguarrayo: Cumplirá su
sentencia.
El Pájaro repara en
la nueva semilla.
Pájaro: Mira, olvidamos sembrar
esta. ¿Dónde está el Hada?
El Aguarrayo la busca entre los árboles. Luego, vuelven
las cabezas hacia
la nueva semilla y sonríen, llorosos, mientras la siembran en
medio de las otras.
Aguarrayo: Multa por morirse sin
permiso.
Pájaro: Que duermas bien.
Ms. Dinorah, La Habana, 1998
ReplyDeleteEsa obra está llena de sorpresas, como debe ser el teatro para niños. Pero la pieza es un objeto literario para todas las edades. Es como "El principito", un texto dedicado a una persona cuando era niño.
Se emparenta con el teatro breve de García Lorca. En fin, es un libreto que se lee de un tirón, porque está lleno de un magnetismo poético. Si uno es sensible, si uno se deja llevar por la dulzura de sus parlamentos, uno debe electrizarse con el mundo mágico que se propone.
Eduardo Rodriguez Solis