Por Eduardo Rodríguez Solís
La
niña miraba el vuelo de los pájaros, y se imaginaba ser una paloma.
Subía entonces más arriba de las nubes grises y llegaba al principio de
un universo distinto.
Se
posaba cerca de los nidos de las águilas, y estas aves que a veces parecían
diabólicas pensaban que la paloma era de su misma familia.
Con
reservas, la aceptaban, pero algo había en el ambiente que dibujaba una raya.
De la raya para allá estaba el mundo de las águilas, y de la raya para acá el
mundo era distinto.
Luego, la niña cambiaba sus deseos y se volvía un águila. Y volaba,
entonces muy alto, y llegaba a lugares donde las palomas no podían llegar.
Entonces la niña, teniendo esa doble alternativa en su imaginación,
buscó una forma para ayudar a sus deseos de volar.
Puso en una puerta dos dibujos. Una paloma y un águila.
Y
fabricó unos dardos con las puntas muy afiladas.
Aventó el primero, que cayó enseguida en la paloma.
Lanzó el segundo, deseando que se clavara en la zona de las águilas,
pero el dardo se clavó en el espacio de la paloma.
Hizo entonces un descanso, y luego tomó el tercer dardo.
Quiso que éste se clavara en el dibujo de las águilas, pero el proyectil
se volvió a clavar en la zona de las palomas.
Entonces, destruyó los dibujos y los dardos, y nunca más volvió a desear
ser algo más que una paloma.
Pero
a veces, cuando se iba a la cama con el estómago revuelto, y caía en un mal
sueño, se veía hecha toda un águila, y volaba largas distancias por tierra y
por mar.
Y
se despertaba, sudorosa, y corría hasta la cocina por un buen vaso de agua
fresca.
Cerraba los ojos y pensaba de nuevo en el universo único de las benditas
palomas.
Eduardo Rodríguez Solís (D.F.) ha publicado libros
de teatro, cuento y novela. Fue el primer editor de la revista Mester,
del Taller de Juan José Arreola. Ha recibido reconocimientos nacionales
por Banderitas de papel picado, Sobre los orígenes del hombre, Doncella
vestida de blanco y El señor que vestía pulgas. Su
cuento San Simón de los Magueyes ha sido premiado y llevado al
cine por Alejandro Galindo, con guión de Carlos Bracho. Su obra de teatro Las
ondas de la Catrina ha sido representada en muchos países, así como en
Broadway, New York. Actualmente vive y trabaja en Houston, Texas. (erivera1456@yahoo.com)
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