Thursday, August 23, 2012

FAHRENHEIT


 
Foto: Isabel Pérez Lago


 
Por José Manuel Domínguez


Escribo en silencio mi poema interminable
el poema del hombre que igualmente no termina
un hombre al que le crecen cicatrices y recuerdos
que contempla al final del muelle el mar que sube,  la marea inmensa
y va tomando notas de cada instante de la luz, del sol oscuro
de cada visitante, de cada pez
cada medusa que asoma la cabeza blanda entre las aguas
de cada hombre o animal que pasa y grita
o simplemente grita sin pasar por mi poema


De todos ellos voy dejando el trazo
y de las uñas que se clavaron en mi espalda
de las veces que he pedido que me claven las uñas
también llevo la cuenta
de las súplicas de que me dejen marcas
para que luzcan como almejas despegadas
y cuando el mar suba y yo me inunde
quiero ser la parte alta de ese muelle
el último vestigio de tierra visitada
un lugar donde anclaron los navíos
y que el poema flote o se hunda inacabado


Quiero que pesen en mis hombros
uno por uno, todos los brazos, los viajes, las maletas
los frutos de la tierra, las voces de todas y de todos
especialmente las de aquellos que dijeron, ¿por qué no?
¿por qué no pesar también sobre tu espalda?
por qué no ser parte de ese ruido infinito que te habita
y aparecer tal vez algún día en tu poema.

 
José Manuel Domínguez es director de teatro, poeta y narrador. Estudió dirección y actuación en el Instituto Superior de Arte de La Habana. Se estableció en Miami, Florida, en el año 2000. Le acompañan en su vida dos mujeres extraordinarias: su esposa Marángeli y su mamá Loli, así como su perro Sombra.

1 comment:

  1. Hay pianistas que tocan con los dedos. Se les encuentra en bares y en casas de más de cuatro recámaras. Y hay otros ejecutantes que lo hacen con el corazón o con sus entrañas. Domínguez es de los segundos. Los demás son como honguitos que andan por todos lados.
    Eduardo Rodriguez Solis

    ReplyDelete