Tuesday, August 23, 2011

BERLIN: MONSTER OF MODERNITY




If Paris earned the title of “Capital of Modernity,” the city of Berlin in the mid-twenties could have been labeled “Monster of Modernity,” an avant-garde Charybdis, so to speak. Not only a functional architecture became the mark of the city, but also chaos, speed and noises played a special role in the configuration of its identity. “The incessant movement of Berlin was the embodiment of hypermodern urbanity,” says Brian Ladd in his book The Ghosts of Berlin: Confronting German History in the Urban Landscape, along with a mixture of neon lighting, advertising, heavy traffic and polished window-panes. Even a character like Franz Biberkopf, who inhabited the underworld, felt smashed by the mechanics of the street when he got out of jail in 1928, as described in the novel Berlin Alexanderplatz by Alfred Döblin. He got swallowed by visual effects, so he had to learn to apprehend the new psychology and the spirit of the city. Berlin’s “discourse of purity” seemed concerned with the appearance of glass, hygiene and transparency, in connection with other issues like public and private spaces, as well as nakedness and fashion within the city. As Nicole Shea argues, “By the mid-twenties, Berlin had everything that one expected of a glamorous and sexy metropolis” (31).
The female body happened to be one of the most fashionable/functional objects in Berlin. Women were employed in advertising (culture of the future) and the surface culture. The idea of women as sexual symbols is addressed in Döblin’s book as well as in Phil Jutzi’s cinematographic version of it. Women played the game of make-believe, by offering themselves as objects of desire. Men also turned into objects manipulated by the city, and they had to either adapt to the new urban rules or succumb within them. Biberkopf, for example, wanted to live a decent life, but he could not do it because his surroundings seemed stronger than he was. He was absorbed, trapped into a spider web. Biberkopf became a part of the milling architecture of the German society. After losing his right arm, he went back to prohibited places. The city made people involved in an aggressive action-reaction pastime. Trash and violence appeared to be legitimate components of industrialization, and they were exposed through the ornamented façades and transparent walls.






References

Shea, Nicole. The Politics of Prostitution in Berlin Alexanderplatz. Studies in Modern German Literature Vol. 110. Bern: Peter Lang AG, International Academic Publishers, 2007.

 Ladd, Brian. The Ghosts of Berlin: Confronting German History in the Urban Landscape. Chicago: The University of Chicago Press, 1997: 28.


Monday, August 22, 2011

MODESTO HOMENAJE AL HERMANO PEDRO ESTÉVEZ




Por Eduardo M. Barrios, S. J.

En Cuba, el Hermano Pedro comenzó trabajando en el Colegio Sagrado Corazón localizado en Sagua la Grande. Después pasó al Seminario diocesano San Basilio, El Cobre, donde colaboró en la formación de muchos candidatos al sacerdocio que ahora son presbíteros y obispos. Por obediencia dejó su patria en 1970. Primero prestó servicios en el Colegio Loyola de Santo Domingo, República Dominicana y por unos años sirvió como enfermero en el Leprosorio de Fontilles, España. Los últimos 20 años de su vida los utilizó  al servicio del “Belen Jesuit Preparatory School” de Miami. Aunque con escaso conocimiento del inglés, acometió su última misión con plena confianza en Dios. En Belén trabajó principalmente en la librería. En la comunidad jesuita mostró carisma especial para el cuidado de los enfermos.
Durante los meses de su convalecencia, su paciencia y espíritu de fe edificaron a los miembros de su comunidad, a los visitantes y al personal sanitario que lo atendía. No se dejó llevar por la autocompasión. No se quejaba ni exigía atenciones especiales. Como ya no podía trabajar, se pasaba buena parte del día en la Capilla preparándose para su pascua. Cumplió como enfermo grave lo que prescribe San Ignacio en las Constituciones: “Como en la vida toda, así también en la muerte, y mucho más, debe cada uno de la Compañía esforzarse y procurar que Dios nuestro Señor sea en él glorificado y servido y los prójimos edificados, a lo menos del ejemplo de su paciencia y fortaleza, con fe viva, esperanza y amor de los bienes eternos que nos mereció y adquirió Cristo nuestro Señor con los trabajos tan sin comparación alguna de su temporal vida y muerte” (595).
            Muchas personas conocen los nombres de Padres Jesuitas que han alcanzado fama en diferentes campos del saber sagrado y profano. La Compañía de Jesús se conoce menos por sus Hermanos. En muchos institutos religiosos, incluyendo la Compañía, hay Padres, es decir, sacerdotes, pero también Hermanos, o sea, religiosos legos.
            En los institutos religiosos, los Hermanos viven la vida consagrada en su estado químicamente puro. Se consagran totalmente a Dios, sumamente amado, mediante la profesión de los consejos evangélicos, sin esperar nada a cambio en este mundo. Los Hermanos Jesuitas no reciben los poderes sagrados que confiere el Sacramento del Orden ni ejercitan poderes de jurisdicción en su instituto. Los Hermanos sólo tienen su consagración religiosa y la viven dedicándose mayormente a la contemplación y al trabajo manual. San Ignacio los llamó “coadjutores temporales”, porque su trabajo se centraba en los asuntos prácticos necesarios para apoyar el servicio sacerdotal de la Orden. Y así muchos hermanos se han desempañado como porteros, cocineros, administradores y técnicos en mantenimiento. También los ha habido arquitectos y pintores de fuste. La Compañía siempre los ha valorado mucho, porque en un ejército la retaguardia vale tanto como la vanguardia. Lamentablemente hoy en día escasean las vocaciones para Hermanos en todos los institutos religiosos.
            En la Misa exequial no sólo encomendamos la eterna felicidad del Hermano Estévez, sino que le pedimos a Dios que suscite vocaciones para entrar en la Compañía de Jesús y en los demás institutos religiosos de la Iglesia.



Eduardo Barrios es escritor y sacerdote de la orden jesuita. Ha trabajado como consejero en el Colegio de Belén y celebrado misas en varias parroquias de la ciudad de Miami. Actualmente oficia en St. Raymond Catholic Church en Coral Gables y escribe artículos controversiales para El Nuevo Herald. (ebarriossj@gmail.com)

Saturday, August 20, 2011

JESÚS PERDONA A LA PECADORA




Por Dinorah Pérez-Rementería


Pienso en ti. ¡Qué fuente tan fecunda el pensamiento! Un soplo, como aquel que nace del Espíritu. Eres vehículo de Dios, tus ojos, tu bondad. Me gustaría ser perfecta para ti. Ahora mi tarea consiste en aprender a verte, adivinarte en las pequeñas cosas que me rodean; palabras capturadas al azar, fechas significativas, mensajes, manzanas que no como. Todas ellas existen porque existes tú. No, no he escrito mucho últimamente, sobre exposiciones, digo. No hay nada que decir; hay bastante que escuchar. Extraño las clases de teatro, el rostro de los niños, tus llamadas, los latidos de mi corazón. Pero hoy sé que Dios me ama. ¡Qué extraño es el camino de Dios! ¿Cómo se le ocurrió esculpir una mujer utilizando una costilla pobre, perdida, flagelada? ¿Cómo llegué aquí? ¿Quién me abrió la puerta? ¿Quién me pescó? Lágrimas, abrazos, besos, esperanzas, calor, resignación. Dios provee imágenes que se multiplican, rebosa mi copa cada día, supera mi corto entendimiento, mi escasa voluntad. Pienso en momentos alegres, como aquellos de la creación, un hombre y una mujer unidos por una misma causa: el favor, la bendición de Dios.
Dice la Biblia: “Sólo aquellos que nacen nuevamente pueden ver el reino de Dios”. Pero qué difícil resulta volver a nacer sobre todo si creemos que somos demasiado viejos. Recuerdo que pasé noches enteras llorando por ti, intentando conciliar un sueño que se esfumaba antes de haber nacido, obligando mi cabeza a razonar lo que vi, tu presencia, tus palabras buenas enraizadas en mi oído, ramificándose. Perdona esta petulancia mía, nunca he podido desprenderme de los sueños hermosos. Una vez soñé que visitabas una casa en construcción, y yo estaba allí. Llevabas una camisa de color azul pálido y un niño-adolescente sujeto de la mano. Me besaste, me ofreciste una diminuta perla blanca. No me acuses de reprimir imágenes, descripciones detalladas, o deseos infecciosos, ni siquiera sé que significa aquello de la carnalidad. Yo sólo quiero oír tu voz, caminar sobre el agua, la luz intensa de tu cuerpo me impresiona. No se enciende una lámpara para esconderla debajo de la cama, sino para que nos alumbre, se coloca en un candelero para que los que entran en la casa vean la luz. Tus ojos son la lámpara del cuerpo (y de mi hogar), producen luz, y calor, mucho calor. 
¿Y tú oras, mi amor? Dime qué botín encontraste en el desierto, ¿una caña temblorosa, sacudida por el viento? ¿Cómo sería cantarte una canción de cuna antes de dormir, llenarte de profusas bendiciones? ¿O vas a repetirme que eres viejo, que soy joven, que puedes ajustarme la columna por poco dinero? Hasta la vista, Andrés querido, y gracias por tan generoso ofrecimiento, siempre te recordaré. Las personas piensan que estás endemoniado. Tú, que no comes pan ni bebes vino. Tú, que te retiraste humildemente, cediendo el paso al que tenía que venir a bautizarme con Espíritu Santo y fuego, acusado de comilón y bebedor, amigo de los pecadores, aquel que empuña la horquilla para limpiar su cosecha y reúne el trigo en el granero. Tú, su mensajero fiel, profeta de profetas: Dios te ama, te cuida, te bendice y nunca te desampara. T.Q.M.



Friday, August 19, 2011

¿QUÉ BUSCO EN LA CIUDAD?



Por Aida Ubeto Morales


Para FOHF (Flight of Hope’s Friend)


Desde hace casi veinte años, vivo en una casa situada en la cima de una montaña y que está rodeada de elementos naturales, animales y abundante agua. No hay vecinos por allí. Sólo me ven pasar por la ciudad una vez cada seis meses, ¡sí!, cada seis meses bajo a la ciudad a recorrer sus hermosas calles, a llenarme de la frescura del valle. Disfruto caminar y saludar a otros; ahí nací y también fui víctima de un misterio que aún no logro descifrar.
Misterio, incertidumbre, dudas, son las razones del ayer, sin embargo desde niño enfrenté muchas pruebas que me sirvieron para crecer y mejorar mis relaciones con otras personas. Desarrollar la lógica y el raciocinio se convirtió en una motivación importante.
Frente a mis amigos, familiares y vecinos queridos prefería no hablar de las tormentas internas que me azotaban, lo cual me hacía sentir bien, pues uno mismo es responsable de sus propios sentimientos. Uno debe aprender a balancear las emociones, y a compartir lo que sentimos “responsablemente” con los demás, sin disgustarlos o causarles problemas, es un tipo de entereza espiritual, de fortaleza interna.
En ocasiones definía la felicidad como un estímulo inmenso pero a la vez incompleto, pues hay algo que busco desde hace mucho tiempo y que no he podido encontrar, aunque sepa que vivo momentos felices. De ahí que venga a recorrer la ciudad frecuentemente. No me importa ser viejo, ni tener cabellos largos y desarreglados, disfruto mis largas caminatas por plazas y calles empedradas, donde se exhiben objetos artísticos, y los jóvenes desbordan alegría, me llaman “abuelo” cuando desean saludarme, jajajajajajajaja.
Hoy decidí comenzar mi recorrido a la orilla de un lago, y no estoy solo, hay una pareja que quiere hacer lo mismo, son casi del mismo tamaño, piel bronceada, sonrisa franca. El chico muestra ternura hacia la joven, el fuego del amor, y ella responde sonriendo. Sus manos se mueven, sus manos hablan. Se comunican a través de señas, parece que inventan un lenguaje disfrazado. El muchacho es pausado, tranquilo, la mira intensamente. ¿Qué haría uno en situaciones de este tipo?  Me vienen a la cabeza las clases de química y lógica, física e idiomas, empero debo confesar que en la interacción de un hombre y una mujer hay espacio para la mezcla de varias materias. ¿Cómo justificar tanta afinidad, si no es a través del amor? Amor es poder. Uno percibe el amor, se manifiesta con pocas palabras, sin fórmulas matemáticas, sin un resultado definido.
Quisiera recordar siempre esa energía joven, una energía que nos ayuda a enfrentar los problemas, los prejuicios sociales, las murmuraciones de los demás. El amor es energía, buena energía, aceptación, desafío. Las parejas valientes son un rasgo típico de mi ciudad.
Disfruto ver los espacios al aire libre, donde las personas pueden bailar y ejercitarse. Veo en la distancia la Escuela de las Armas, sigue en pie, en el mismo sitio, impoluta y disciplinada presentando su espectáculo diario. Puedo encontrar diferencias entre los jardines de la ciudad, los terrenos fértiles, las calles llenas de piedras y secretos. Hay una torre antigua y enorme frente a mí, donde habitan personas desconocidas. En ocasiones, he visto algunas muchachas asomarse a la ventana, una de ellas siempre me observa detenidamente.
Camino, camino, mis recuerdos vuelven. ¿Cuál fue mi error?, ¿por qué no busqué el amor en la ciudad? ¿Una conversación? ¿Mi timidez? ¿Tuve miedo de escalar la torre? El tren está llegando, escucho su sonido.  En realidad hay dos trenes que confluyen en la estación local, y que luego continúan su marcha. El tren del tiempo. La vida. Buscar. Encontrar. Quizá haya tiempo de tomar el tren. Pero no quiero regresar tan pronto a casa. Tendría que esperar seis meses para volver a la ciudad.
Lo importante es encontrar lo que busco, energía buena, amor, visitar el lago junto a la chica de la torre. Estoy listo para el viaje, tomaré el tren. Tú también busca, comparte tu amor con las personas que tienes cerca, amigos, hijos, pareja, no lo postergues más. Agradece por la posibilidad de amar, el tiempo se duplica. 


Aida Ubeto Morales egresó de la Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela y culminó su maestría en Educación para Niños con Necesidades Especiales en Fort Lauderdale, Florida. Ejerce como terapeuta educativa para mejorar e incrementar habilidades en los niños regulares o con necesidades especiales desde que nacen y hasta los tres años de edad, en el Miami Children’s Hospital. Aporta de manera filantrópica en ámbitos de la educación, capacitación docente y el desarrollo de actividades deportivas para niños. Vive en la ciudad de Homestead, al Sur del Estado de la Florida, Estados Unidos.

SERENA WILLIAMS, EXTREMADAMENTE PODEROSA




Por Eduardo Rodríguez Solís


De la serie Carnets de Eduardo Rodríguez Solís
(Número 85. 6-26-11)


Ayer me propuse ver tres programas en la televisión: el juego de tenis con Serena Williams, Sábado Gigante con Don Francisco, y el partido de le Selección Mexicana contra el equipo de los Estados Unidos. Al finalizar la larga sesión televisiva, tomé una hoja de papel y me puse a hacer una lista de figuras. Asigné a cada quien un escalón.

Uno. Serena Williams.
Dos. La Cuatro, con su siempre excelente rutina.
Tres. La presencia siempre grata de la modelo Alejandra, en el Programa Sábado Gigante.
Cuatro. La Torre de Jalisco, cronista deportivo, que se las sabe todas.
Cinco. Hugo Sánchez, ex jugador de soccer y ahora comentarista inteligente.
Seis. El Chicharito, jugador mexicano, que es venerado hasta en Inglaterra.

Como se puede apreciar, el primer escalón está ocupado por Serena Williams, una atleta muy eficiente y poderosa, que juega con pasión, una mujer que se entrega, sin preocuparse del cabello o de su atuendo… Su contrincante, traía un trajecito que se le veía chueco, quizás por el efecto del sudor generado por la fuerte competencia… Y sus pelitos se le alborotaban, lo cual resultaba poco atractivo.
En cambio, Serena Williams, la increíble afroamericana, siempre agradable a la vista, se movía como pez en el agua, de verdad, como si fuera un pez espada… Ni siquiera palpó su ropa o su pelo una vez para arreglarse o parecer más sexy… Viendo a esta mujer en la pantalla, una tenista de primer nivel, imaginaba cómo un fotógrafo le tomaría una instantánea, sin que ella lo notase. Estoy seguro de que la foto saldría bien, porque tiene que ser, porque la Williams es fotogénica desde que nació.
La sorprendente Serena Williams no es como las modelos o actrices, a las cuales habría que fotografiar innumerables veces para lograr dos imágenes buenas. Serena Williams no es modelo ni actriz, pero para ser fotografiada no tiene precio. Y pienso en su equivalente mexicano, anoto solamente algunos nombres… Daniela Romo (actriz), Magda Guzmán (actriz), Silvia Navarro (actriz), Gloria Trevi (cantante) y Esther Seligson (escritora)… Y ahí paré, que no puedo identificar otras candidatas.
Serena Williams, además de ser una excelente tenista y guapa mujer, parece, claro que sí, un personaje de dibujos animados, una superwoman que llega a la tierra a salvar a los desposeídos. Es una nueva versión femenina de Superman o Batman, que se puede enfrentar a los monstruos más terribles o a los enormes animales prehistóricos que todavía viven en nuestras mentes…



Eduardo Rodríguez Solís (D.F.) ha publicado libros de teatro, cuento y novela. Fue el primer editor de la revista Mester, del Taller de Juan José Arreola. Su cuento San Simón de los Magueyes ha sido premiado y llevado al cine por Alejandro Galindo, con guión de Carlos Bracho. Su obra de teatro Las ondas de la Catrina ha sido representada en muchos países, así como en Broadway, New York. Actualmente vive y trabaja en Houston, Texas. (erivera1456@yahoo.com)