Foto: Jesús Alejandro |
Por Eduardo Rodríguez Solís
En mi colección de discos de
larga duración, que he ido comprando en tiendas de segunda, a un dólar la
pieza, y a veces a cincuenta centavos, he redescubierto una obra
extraordinaria… El compositor es Nicolai Rimsky-Korsakov, nacido en 1844.
Manuel Valls Gorina, en su
Diccionario de la Música, dice: Compositor y director de orquesta ruso. Es uno
de los miembros más activos del Grupo de los Cinco. Se le puede considerar como
el creador de la conciencia musical moderna de Rusia. Orquestó muchas obras de
Borodin, Mussorgsky y otros. En el campo sinfónico son célebres sus obras
Festival para la Pascua Rusa, Scherezade y Capricho Español.
En 1907 terminó Rimsky-Korsakov
su ópera El Gallo de Oro. Pero la obra se vio en escena hasta en 1909, cuando
el compositor ya tenía un año de fallecido… Es que el gobierno había implantado
un decreto donde se prohibía hacer públicas las obras de arte con contenido
“crítico”.
El libreto de la ópera fue escrito
por Vladimir Bielsky, y está basado en un poema satírico de Pushkin.
En el prólogo de la ópera, un
viejo astrólogo dice que él mostrará al público un cuento que sucede en un país
muy distante, en el tiempo y en el espacio.
El rey Dodon, viejo, gordo y
estúpido, está con su consejo de guerra. Hay muchos alegatos y un astrólogo
aparece…
Este personaje se presenta ante
el rey con un ave mágica, de plumaje dorado. Este gallo predice el futuro y
puede prevenir al rey de los ataques de los enemigos.
En gratitud a este regalo, el
rey Dodon promete al astrólogo lo que sea. Pero el astrólogo no piensa entonces
en la recompensa.
Después de una batalla, el rey
regresa a su castillo, y viene con la reina Chimaka, quien es la más hermosa
hija del Aire.
Llega el rey triunfante, pero
su felicidad se trunca porque el astrólogo quiere llevarse a la hermosa reina.
El rey se enoja. Se discute
mucho y hasta se sacan los sables para pelear. Entonces el gallo de oro ataca
directamente al rey y la muerte, que no pide permiso, se presenta.
La Suite El Gallo de Oro tiene
cuatro partes. En la primera, vemos al rey Dodon en su palacio. En la segunda,
el rey está en plena batalla. En la tercera, el rey Dodon está con la reina
Chimaka. En la cuarta parte, suceden las fiestas nupciales y el lamentable fin
del rey Dodon.
Casi al final de esta obra, el
astrólogo reaparece y dice que solamente él y la reina son reales, y que los
otros personajes son imaginarios… Y previene a todos sobre el cumplimiento de
las promesas.
Rimsky-Korsakov es un
compositor muy pasional. Es un gran organizador de sonidos. Su música es un
reflejo absoluto de su alma nacionalista. Escuchando solamente su música uno,
si es sensible, se conmueve. Y si uno asiste a un concierto donde se interpreta
algo de él, uno puede experimentar un éxtasis grandioso.
Y pensamos entonces en las
promesas que hacemos en la vida… Y deseamos que no se quede todo en palabras,
porque el viento se lleva todo… Mejor, que las promesas se vuelvan realidades,
no vaya a ser que por ahí ande un gallo de oro… que castiga sin piedad.
Mejor, que el gallo de oro
observe solamente todas las aristas de nuestra compleja (a veces) existencia.
Estos discos viejos que tengo
son una belleza, por dentro y por fuera. En la portada de esta grabación, hay
un grabado, hecho por Gosman, donde se ve una planta o un árbol que tiene,
arriba, al gallo de oro, con las alas abiertas. Abajo, a la izquierda, se ve un
personaje, con sable a la mano, y vestimenta medio cosaca. Pero no se sabe si
es el rey o el astrólogo. A la derecha, también abajo, está un castillo, con
torres y cúpulas puntiagudas.
Con letras blancas está “The
Golden Cockerel, Suite”. (Entre paréntesis está “Le Coq D’Or”).
Ernest Ansermet dirige la
Orquesta de la Suiza Romanda… Y en la grabación también se escucha “Capriccio
Espagnol”.
Juan Rulfo, escritor mexicano,
alguna vez hizo un guión para el cine, donde participó el excelente actor
Ignacio López Tarso. La película se llama El
Gallo de Oro, y no es la misma fábula utilizada por Rimsky-Korsakov… No. En
este caso, la historia cuenta las andanzas de un pobre campesino con su gallo
de pelea, que siempre gana.
Eduardo Rodríguez Solís
(D.F.) ha publicado libros de teatro, cuento y novela. Fue el primer editor de
la revista Mester, del Taller de Juan
José Arreola. Ha recibido reconocimientos nacionales por Banderitas de papel picado, Sobre
los orígenes del hombre, Doncella vestida de blanco y El señor que vestía pulgas. Su cuento San Simón de los Magueyes ha sido
premiado y llevado al cine por Alejandro Galindo, con guión de Carlos Bracho.
Su obra de teatro Las ondas de la Catrina ha sido representada en
muchos países, así como en Broadway, New York. Actualmente vive y trabaja en
Houston, Texas. (erivera1456@yahoo.com)