Por Eduardo Rodríguez Solís
Se acerca a la ventana y trata
de entender el paisaje que se ve. Entre los árboles hay muchos monos araña que
brincan y llaman la atención. Se trata de changos que provienen del trópico, de
lugares muy soleados y cercanos al mar.
Se viste con rapidez y se moja
la cara para bien despertar. La noche ha sido de muchos sueños, pero se ha
dormido profundamente. Baja las escaleras de dos en dos y sale de su casa sin
permiso. Quiere hacerse amigo de los monos araña.
El capitán Mustafá, quien es el
dueño de todos esos animales escandalosos, le ha dicho que sus changos son muy
sociables. Por eso va corre y corre hasta donde están esos árboles.
Él es un muchacho joven,
pelirrojo, que le gusta la aventura. Siempre anda inventando qué hacer en los
días aburridos, que son muchos en su vida.
Cuando llega a su destino, los
changos araña le hacen rueda, y brincan, como buscando pelea. Entonces el joven
pelirrojo busca palabras para explicar su sano comportamiento, pero los changos
no entienden su idioma.
En las caras de los monos araña
hay furia, pues piensan, si es que piensan estos animalitos, que el pelirrojo
ha llegado a causarles daño. Es que de sobra saben, si es que saben los monos,
que el hombre siempre los ha tratado mal.
El pelirrojo se asusta y
empieza a correr como un gamo. Va perseguido por una manada de changos y se
imagina que su vida está acabando. Brinca piedras y salta arroyos y está lleno
de desesperanza. Su corazón casi se le sale.
Entra a un túnel oscuro y ahora
parece que va solo en su carrera.
Sale a la luz y camina con sus
pies descalzos. Hay vidrios y tornillos y tuercas en el suelo, pero no se
sienten. “La vida está cambiando”, piensa.
Llega a su casa y se llena de tranquilidad. Ahí se puede respirar a gusto.
Sube las escaleras y se
encierra en su cuarto. Se mira las manos y no puede creer lo que le sucede.
Va al baño y se planta frente
al espejo que está del piso al techo. Ya no es el mismo. Ya es otro ser
viviente.
Ahora es un mono araña.
Eduardo Rodríguez Solís
(D.F.) ha publicado libros de teatro, cuento y novela. Fue el primer editor de
la revista Mester, del Taller de Juan
José Arreola. Ha recibido reconocimientos nacionales por Banderitas de papel picado, Sobre
los orígenes del hombre, Doncella vestida de blanco y El señor que vestía pulgas. Su cuento San Simón de los Magueyes ha sido
premiado y llevado al cine por Alejandro Galindo, con guión de Carlos Bracho.
Su obra de teatro Las ondas de la Catrina ha sido representada en
muchos países, así como en Broadway, New York. Actualmente vive y trabaja en
Houston, Texas. (erivera1456@yahoo.com)
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