Monday, December 10, 2012

LA INEVITABLE NAVIDAD


 
 
Por Eduardo Barrios, S.J.
 
 
            No se puede llegar al 26 de diciembre sin pasar por el veinticinco. Guste o no, el recién nacido en Belén de Judá hace 21 siglos se hace presente en la vida pública cuando llega el día de Navidad.
            El Señor Jesús no fundamenta la fe religiosa de todos los habitantes del planeta, pero todos sí tienen que contar con él como personaje imprescindible de la cultura mundial.
            En tiempos de fiestas enraizadas en la religión, algunos se sienten mortificados. Sucede que no sólo hay agnósticos o personas que no creen en Dios, sino que también existen aquellos que se le oponen. Andan molestos durante los días navideños, pues no pueden impedir que salten a la calle algunos testimonios de fe. Los contestatarios se caracterizan por su amargura y militante oposición a las expresiones religiosas. Lo hacen con sospechoso fervor “religioso”.
            En una ocasión, comenzando las decoraciones navideñas, hubo controversia en Miami por un letrero que apareció en un parque público que expresaba en inglés una contundente verdad: “Jesus is the reason for the season” (Jesús es la razón de la estación). Se encolerizaron los contestatarios y los anti-cristianos.
            Lo más curioso es que el influjo religioso en la cultura universal obliga a los que no creen en Dios a valerse inadvertidamente del lenguaje devocional. En la Cuba marxista pueden leerse cartelones como éste: “Gloria inmortal a los mártires del Moncada”. El letrero toma prestadas tres palabras del mundo religioso: gloria, inmortal y mártires. También se reportó que un día Fidel Castro habló en una escuela sobre problemas educativos, señalando que para resolverlos se imponía hacer “un serio examen de conciencia”. Al célebre autócrata se le escapó una reminiscencia de cuando estudiaba en colegio católico. En su memoria afloró la frase “examen de conciencia”, el primer paso, según le enseñaron los jesuitas,  para la confesión sacramental.
            El mes pasado, también en Miami, un contestatario defendía la separación Iglesia-Estado (algo justo, si se entiende bien), llegando a llamar “sagrada” a la primera enmienda de la Constitución norteamericana. No pudo escoger una palabra más religiosa, “sagrada”.
            Pues bien, la Navidad continuará celebrándose el 25 de diciembre. Duélale a quien le duela, existen millones de seres humanos impactados por la natividad, vida, pasión, muerte y resurrección de quien origina la fiesta de Navidad.
            No se puede tapar el sol con un dedo. Aunque no han faltado débiles discípulos de Jesús que han tiznado el buen nombre del Cristianismo, siempre ha existido un gran número de cristianos coherentes. Éstos han hecho de nuestro globo terráqueo un mundo mejor.
            Quienes se quejan de lo mal que va la humanidad, no se imaginan lo mucho peor que estaría si hubiese faltado la luz que trajo Jesucristo.
            El balance es archipositivo. En el mundo nunca ha sucedido nada mejor que el evento-Jesús. Su nacimiento, por tanto, merece celebrarse por todo lo alto. Por encima de los anodinos muñecos de nieve y de los insulsos trineos de las decoraciones seculares, en muchas conciencias siempre emerge cada vez más majestuoso y relevante el nombre de Jesús, el Logos de Dios hecho hombre, el Salvador del mundo. ¡Que siempre disfrutemos de una Feliz Navidad en nombre del Señor!
 
 
Eduardo Barrios es escritor y sacerdote de la orden jesuita. Ha trabajado como consejero en el Colegio de Belén y celebrado misas en varias parroquias de la ciudad de Miami. Actualmente oficia en Gesu Catholic Church y escribe artículos controversiales para El Nuevo Herald. (ebarriossj@gmail.com)
 

2 comments:

  1. Estos escritos sobre la Navidad son luces en el camino de nuestra vida. Nos hacen despertar y nos hacen ver para arriba y para todos lados. Son como rosas del color que se quiera. Y se meten dentro de uno para enderezarnos el alma. Pero como que la batalla se está perdiendo, porque las fuerzas del mal son muchas. Y para ejemplo, basta y sobra lo que acaba de pasar en una Escuela Elemental, donde un ser desquiciado ha creado el caos, poniendo punto final a tantas vidas tiernas... Pero, por todos los dioses, por todos los ángeles. hay que poner remedio a estas locuras. Hay que prohibir la venta de armas. Hay que crear una Comisión para autorixar o prohibir la transmisión de películas donde la sangre tiene un papel fundamental. Y también, si la locura surge de pronto, no hay que dedicar mucho tiempo televisivo en el asunto, porque puede que por ahí exista un loco que dice, "si él lo hizo, por qué no lo puedo hacer yo"... Hay que tratar de corregir toda esta electrónica que no está al servicio de la comunidad... Esta electrónica que más bien parece una buena Universidad de la maldad. (Bueno, el terrible suceso acaba de ocurrir. Qué tristeza...)

    ReplyDelete
  2. Definitivamente tendremos una triste Navidad. Las almas de los niños que se han ido obligan a esto. Pero la siguiente Navidad podría robustecerse con la prohibición o el mejor control de venta de armas, además con una legislación que pare lo malo que se exhibe en los medios electrónicos (de ahí salen los malos ejemplos), y desde luego, hacer un cambio en los sistemas de seguridad de las escuelas. Una persona en la puerta principal para revisar bien a los que llegan de visita, y definitivamente, que cierren totalmente las puertas de atrás de las escuelas, porque nadie puede entrar, pero los maestros pueden salir empujando simplemente las puertas para ir a comprar hamburguesas o salirse de la escuela sin ser vistos. Luego, cuando regresan, tocan en el vidrio de un salón y otro maestro les abre. Y, atención, por esas puertas traseras descontroladas, se puedeb meter extraños.

    ReplyDelete